El pasado 14 de octubre arrancaba el sorprendente series finale de The Middle. Nadie se imaginaba que esto pudiera ocurrir, ya que nuestra familia americana preferida tenía una buena audiencia, muchas historias que contar y mucho optimismo que contagiar. A partir de ese día, tuvimos que empezar a asimilar que los Heck dirían adiós a nuestras pantallas mientras nos secábamos las lágrimas con lo que tuviéramos a mano.
The Middle se estrenó en 2009 de una forma bastante discreta, quizás porque ese mismo año se estrenaba también Modern Family, que acaparó rápidamente la mirada de la crítica y conquistó los corazones de los espectadores. Mientras Modern Family contaba cómo era el día a día de una familia numerosa, multicultural y LGBT de clase media-alta que vive en California, donde todo salía bien. The Middle era todo lo contrario, una familia blanca de clase media-baja que vivía en una cochambrosa casa en un pequeño pueblo de Indiana, que no llegaban a final de mes y con un hijo con un problema que preferían obviar. The Middle era real, no todo salía bien a pesar de ser una comedia y quizás por eso tardó más en hacerse un hueco en el corazón de los espectadores. Pero con el paso de las temporadas hemos podido observar como Modern Family se estancaba en las tramas y en el humor mientras que The Middle avanzaba de forma natural abordando temas reales y dejando, en ocasiones, la comedia apartada para hacer un hueco a la realidad.
La novena temporada ha sido desde el primer episodio una larga despedida. The Middle es ese hijo que ha crecido y madurado bajo nuestra atenta mirada pero un día sin más decide abandonar el nido al igual que Axl.
Con el regreso de Europa del primogénito de los Heck, la familia ve alteradas sus rutinas y en seguida desean que se busque un trabajo y vuelva por sí mismo. Axl durante esta temporada ha vivido un autodescubrimiento, se ha enfrentado a su presente y a lo que quiere ser en el futuro. Por primera vez, vemos a un Axl con miedo a no ser lo suficientemente bueno para conseguir un empleo a pesar de estar más que cualificado para ello. El hijo mayor es el joven reflejo de lo que sufrimos los recién salidos de la universidad. Inseguridad, decepción, búsqueda de un trabajo precario, condescendencia y falta de oportunidades laborales hacen que Axl sienta que no es merecedor de un empleo. Finalmente, Axl consigue un empleo, pero se da cuenta de que no es suficiente para él y termina aceptando un trabajo en Denver, lo que supondrá que la familia se enfrente a uno de sus peores momentos.
Cada día que pasa Sue está más cómoda siendo ella misma a pesar de la gran pregunta que hace que no concilie bien el sueño: ¿Qué siente Sean por ella? Durante esta temporada Sue debe enfrentarse a lo que siente por su vecino al mismo tiempo que mantiene fiel a ella misma. La mediana de los Heck no solo deberá enfrentarse a los deseos de su corazón, sino que será un gran apoyo para sus hermanos. Ayudará a Axl a conseguir su primer empleo como comercial de tuberías y ayudará a Brick a sobrevivir a su segundo año de instituto al mismo tiempo que le enseña a conducir.
El pequeño de los Heck debe enfrentarse a otro año de instituto donde sigue siendo un incomprendido. En esta ocasión, Brick deberá enfrentarse solo a la adolescencia al decidir romper con Cindy para disfrutar más de todo lo que le pueda ofrecer el instituto. Pero se da cuenta de que sin Cindy nada es lo mismo y decide recuperarla e invitarla al baile del instituto, que obviamente deciden abandonar e irse a pasar la noche a la biblioteca. Brick ha madurado y ha dejado de ser un niño para convertirse en un hombre con sus propias reglas.
Mientras que los pequeños de la casa tienen que afrontar sus propios problemas, Frankie y Mike siguen más unidos que nunca y apoyando incondicionalmente a sus hijos hasta que Axl decide irse a Denver a trabajar.
Los dos últimos episodios de la serie nos muestran el alma de The Middle en su máximo esplendor. El episodio final nos ofrece el gran momento de la serie, los tres hermanos por fin se encuentran en sintonía y se abren en canal para verbalizar su amor incondicional. Como no podía ser de otra manera, el final de la serie transcurre en el coche familiar mientras todos acompañan a Axl a Denver. En el viaje, a Frankie le desbordan sus sentimientos, ha intentado ser una madre guay y apoyar a su hijo con su decisión pero en mitad del viaje se derrumba y mantiene la conversación más sincera que nunca ha tenido con su familia. Y a Sue le asaltan las dudas de qué sentirá Sean por ella, pero cuando menos se lo espera su vecino aparece a toda velocidad para declararle su amor.
La serie termina con un obligado flashforward donde podemos ver como Axl ha seguido con Lexie y han tenido tres hijos que son igual que el joven Heck, Brick se ha convertido en un escritor de éxito y Sue ha conseguido graduarse de la universidad y casarse con Sean después de varias idas y venidas. En cuanto a Mike y Frankie, siguen viviendo en la misma casa, nunca arreglaron los desperfectos y siguen tan felices como siempre.
The Middle ha sabido darnos un final perfecto para una serie que ha conseguido un hueco muy especial en el corazón de todos los fans. Los Heck son un fiel reflejo de cualquier familia, ya que son una reales, imperfectos, tiene problemas e intentan disfrutar de todo lo que pueden.
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