Tiradme piedras si hace falta, porque me va a doler menos que una puñalada de la Niña Abandonada. Los principales errores de la sexta temporada Juego de Tronos, que venimos señalando desde hace tiempo, son más que evidentes en este último episodio, titulado No One. Tanto, que en ocasiones hay que tomárselo con sentido del humor.
La descompensación de la velocidad de las tramas —unas concluyen con un pestañeo, otras parecen estancadas— se unen a un simple problema de credibilidad y de juego sucio. Al fin y al cabo, el problema de Juego de Tronos no es el desenlace de sus diferentes historias, que aceptaremos sin rechistar porque por algo es lo que es —y porque a pesar de todo sigue siendo terriblemente disfrutable—, sino el medio que utiliza para llegar a ellas. ¿Que hace falta reunir a dos personajes para un emotivo encuentro de dos minutos? Montemos un asedio y pasemos a otra cosa. ¿Que queremos poner en tensión una trama? Apuñalemos a su protagonista, pero sin hundir demasiado la hoja del cuchillo.
La parte positiva es que con No One la serie ya se ha puesto las pilas no para el noveno episodio, que presumiblemente sólo se centrará en la trama norteña, sino para el último de la temporada. Teniendo eso en cuenta, solo queda disfrutarlo a pesar de que el viaje hasta ahora nos haya dejado un tanto mareados.
Superarya
Después de su primer y torpe primer encuentro con una Niña Abandonada con ganas de juerga, Arya acabó moribunda por las calles de Braavos. Sabíamos que no iba a morir —es Arya Stark, por favor— pero pensamos que había algo detrás de esa escena. Las teorías inundaron estos días Internet y George R.R. Martin se lo ha debido pasar estupendamente en su palacete, descojonándose vivo de nosotros mientras acariciaba su dragón de peluche.
En la más absoluta decepción, los guionistas Arya recurre a lo fácil, a la actriz Lady Crane para que sane sus heridas y, en un abrir y cerrar de ojos —y un sueño reparador de anuncio—, la niña ya está lista para huir del enemigo en una persecución que hará las delicias de los amantes del parkour. Hasta que no cae desde diez metros de altura y rueda con violencia por unas escaleras la joven Stark no recuerda que está todavía malherida. Aun así, tiene fuerzas para atraer a la Niña a su guarida y acabar con ella en la total oscuridad, aprovechando su invidente entrenamiento.
Como dice Jaqen, Arya se ha convertido en Nadie, pero —y como se veía venir— la niña reniega de su nueva (falta de) identidad y se proclama, de una vez por todas, Arya Stark de Invernalia, dejando al hombre sin rostro de piedra y saliendo de la Casa de Blanco y Negro con la cabeza bien alta.
Ahora solo queda que regrese a Poniente y, si tenemos en cuenta la facilidad de teletransporte de la serie, Arya podría estar chinchando a Sansa en el décimo episodio, lo cual sería toda una alegría.
El asedio del humor
Puedo entender que, a estas alturas, haya personajes sin mucho que hacer pero con un destino que cumplir, pero de ahí a montar un asedio en Aguasdulces para forzar una reunión —esperada, eso sí— y agilizar la transición, hay un trecho.
La conversación entre Jaime y Brienne ha sido intensa y conmovedora ya que, al fin y al cabo, se trata del reencuentro de dos amigos que se encuentran ahora en bandos distintos. Dura poco, pero sirve para poner las cartas sobre la mesa y demostrar, una vez más, que la lealtad pesa mucho más que los sentimientos. Jaime es leal a Cersei, y Brienne a Sansa, y si tienen que llegar a las manos para defenderlas, lo harán. Tomemos nota, porque el hecho de que hayan mencionado esto no es baladí, y quién sabe si los guerreros lucharán a muerte en el futuro.
La resolución del asedio de Aguasdulces, por otro lado, ha sido totalmente descafeinada, principalmente porque nos deja con la sensación de que únicamente ha existido por el reencuentro que mencionamos, y para acelerar el regreso de Jaime a Desembarco del Rey, ahora que ha cumplido su misión. Las esperanzas puestas en el Pez Negro como personaje dinamizador tanto de esta trama como de la del Norte caen en saco roto después de mostrarnos como un nostálgico al que creíamos un aguerrido soldado.
Así, Jaime y Brienne son oficialmente enemigos con derecho a roce, Sansa Stark se queda sin el apoyo de los Tully, y Jaime puede regresar con su amada Cersei. Todo en uno. ¿Os acordáis de esas largas escenas de diplomacia y de negociación entre señores de la guerra allá por la segunda temporada? Yo tampoco.
Escojo violencia y sonrisas de complacencia
Ha sido breve, pero ha sido brillante. Cersei es una bomba de relojería y, a pesar de que está tratando de mantener las formas debido a su falta de apoyos en Desembarco, no puede evitar ser quien es: una leona.
Cuando su primo Lancel, ahora sectario convencido, le pide "amablemente" que acompañe a los gorriones al Septo, se niega en rotundo y pronuncia la frase que estábamos esperando escuchar: "escojo la violencia". Así, con una sonrisa de satisfacción en los labios, observa a la Montaña despedazar a uno de los gorriones. Una pequeña victoria que no le ofrece nada más que satisfacción personal momentánea, pero que le sabe como el mejor de los manjares.
Su situación sigue siendo crítica. En el salón del trono, repudiada por su propio hijo, escucha de sus labios la noticia de que no será juzgada en un juicio por combate —hubiera sido el tercero en la serie, algo repetitivo— sino por siete septones, como se hacía tiempo atrás. Es decir, juzgada por la Fe, y de eso no tiene un salida fácil, ni una Montaña que la defienda. Destruir la Fe es la única salida posible, ¿pero cómo?
Lo único que espero es que la situación de Cersei no dependa de Jaime porque sería terrible, teniendo en cuenta que la antigua reina siempre ha sabido sacarse las castañas del fuego. Lamentablemente, eso es lo que parece por el momento, aunque los rumores que le llegan a la Lannister de los pajaritos de Qyburn podrían ser una señal.
Malditos (e inexplicables) bastardos
Seré breve: es genial que reaparezca la Hermandad sin Estandartes, con Thoros de Myr y Beric Dondarrion, Es genial que reaparezca el Perro. Ahora bien, ¿por qué? ¿qué razón hay para que a finales de la sexta temporada, sin estar relacionados —tal y como están ahora— con ninguna de las tramas activas —ni siquiera cerca de ningún otro personaje, salvo quizás Brienne o Jaime—, aparezcan de la nada? ¿de qué modo afectarán en lo que resta de la sexta temporada?
Martin sigue acariciando su dragón, imagino. Los demás nos quedamos de piedra.
Hago "chas" y aparezco a tu lado
Tyrion ha reaparecido después de varios episodios en el exilio, principalmente porque no tenían nada que contar sobre él. En Meereen no ha pasado absolutamente nada desde entonces: el acuerdo con los esclavistas ha traído cierta paz a la ciudad, mientras que Varys hace horas extra buscando transporte para que nuestra khaleesi viaje a Poniente, recordándonos que el conflicto Greyjoy todavía tiene que explotar... o desembarcar en Essos.
Mientras esperan a Daenerys, en Meereen tienen tiempo para beber vino y hasta para hacer chistes, con una escena adorable y tan anticlimática que únicamente podía concluir con una invasión inesperada por parte de los esclavistas.
Pero dura poco, como todo en esta sexta temporada, porque Daenerys ha regresado a la ciudad de improviso, aterrizando en la cumbre de la mismísima pirámide a lomos de Drogon, o eso imaginamos. Podemos suponer que no habrá batalla en la ciudad. De hecho, es posible que después de todas las vueltas que hemos dado con los esclavistas, todo sea sustituido por la nueva trama de Daenerys: su traslado a Poniente. Y tendría sentido, ya que es lo que todos esperamos, pero no podemos olvidar estas temporadas en las que la Rompedora de Cadenas tenía ese sobrenombre por una razón.
Con eso en mente, preparémonos para la Batalla de los Bastardos y para lo que vendrá después porque Juego de Tronos está que arde.
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