Fringe comenzaba su piloto con la premisa de la ocurrencia de un accidente de avión por causas desconocidas. Al cargo de la investigación está la agente Olivia Dunham (Anna Torv) del FBI. Para aclarar las extrañas circunstancias, necesitan acudir a Walter Bishop (John Noble), un científico que llevaba 17 años internado en un psiquiátrico. Y, para llegar a él, tendrán que pedir ayuda a su hijo Peter Bishop (Joshua Jackson) que lleva años sin tener contacto con su padre y que se dedica a recorrer el mundo. Terminarán trabajando para la división Fringe del FBI al cargo del capitán Broyles (Lance Reddick).
La ayuda de Walter es indispensable para resolver los casos. Desde su laboratorio en la universidad y junto a la agente Farnsworth (Jasika Nicole) y la vaca Gene, el científico intenta aclarar las extrañas muertes cuya respuesta siempre nos lleva al mismo sitio: Massive Dinamycs, una gran corporación científica fundada por el exsocio de Walter, el doctor William Bell (Leonard Nimoy), y dirigido por su amiga en común, Nina Sharp (Blair Brown). Antes de su reclusión, ambos practicaron la ciencia sin límites y fuera de toda moral. En ese juego de ser dioses, Walter cruzó a un universo paralelo trayéndose algo de allí que será el desencadenante de los fenómenos extraños.
Evolución es la palabra que define bien a Fringe. La serie comenzó resolviendo casos semanales. Pero fue a partir de la segunda temporada cuando perdió ese carácter procedimental para introducirnos en universos paralelos, líneas temporales alternativas, agujeros de gusanos, drogas, telequinesia, nanotecnología, versiones alternativas de los personajes y observadores. De resolver casos, el trío protagonista pasó a ser las tres piezas clave de la serie: Olivia será la llave al otro universo, Walter quien pueda hacerlo posible y Peter es la respuesta a todo. Esa mitología que creó Fringe es la auténtica magia de la serie.
Fringe reflexiona sobre la importancia de las circunstancias y las decisiones tomadas que llevan a una misma persona, ciudad o a un universo entero a evolucionar de distinto modo. Mientras en Nueva York cayeron las Torres Gemelas en 2001, en el otro universo aún siguen en pie. Y en el caso de Walter y Olivia tienen poco en común con sus versiones Walternativo y AlterOlivia.
La serie se despidió de la audiencia el 18 de enero de 2013 después de una quinta temporada en la que la serie se reinventó con escaso éxito. Con muchos apuros, sobre todo después de perder el rumbo tras la tercera temporada, Fringe llegó a los 100 capítulos. Los fans de la serie hicieron presiones y lograron sacarla de la cuerda floja en un par de ocasiones. Los guionistas premiaron esa fidelidad con un episodio final que recuperaba los fenómenos Fringe más conocidos. La finale no decepcionó, haciendo la despedida menos amarga. Si aún no la has visto, espero que esta reseña haya despertado tu curiosidad por ella y te decidas a entrar en el Universo Fringe.
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