Grey's Anatomy: Despidiendo a Cristina Yang

Hace una semana concluyó la décima temporada de Grey’s Anatomy, y tras 10 años de emisión, la actriz Sandra Oh decidió abandonar la serie. No vamos a negarlo, Cristina es un personaje muy importante en la serie y sin ella no va a ser lo mismo. Por eso, hemos decidido crear este artículo y así poder despedirnos de tan mítico personaje como se merece, además de repasar su trayectoria en la serie.

Una Gran Cirujana

Durante estos 10 años hemos podido ver cómo Cristina maduraba hasta conseguir lo que siempre había soñado: ser la mejor cirujana torácica. No lo ha tenido nada fácil y es que durante estos años, hemos podido ver numerosos obstáculos a los que ha tenido que hacer frente. Aun así, Cristina es una mujer extremadamente fuerte, y su carácter es lo que le ha ayudado a seguir adelante en todas esas situaciones, contando también con el apoyo incondicional de su gente.

La doctora Yang tiene un carácter muy serio y competitivo que desborda confianza en sí misma. Aunque pueda parecer que es muy seria –pocas veces la hemos visto riéndose–, tiene un sentido del humor bastante especial rebosante de sarcasmo que sólo entenderán aquellos que sean cercanos. Algo imprescindible de su forma de ser que le ha llegado a ser la gran cirujana, es su determinación; Cristina es una persona que siempre obtiene lo que quiere. Es una mujer luchadora que no se dejará pisotear por nada ni por nadie. Ella es la mejor y lo sabe.

El ejemplo más claro de su determinación lo hemos podido ver en esta última temporada. Cristina ha estado investigando la creación de unos conductos artificiales en 3D para los enfermos de corazón. El problema viene cuando su mejor amiga le puso trabas para la utilización de la impresora –que siendo justos, la impresora no era para la investigación de Cristina–. Su testarudez llegó a poner en peligro su relación con Meredith hasta el punto de ser casi inexistente, pero consiguió lo que quería y recuperó su amistad.

Una Vida Difícil

Tras 10 años, los fans ya sabemos que a Shonda Rhimes le gusta mucho una tragedia, y Cristina ha vivido lo impensable. Todo empieza siendo una niña: con sólo 9 años, Cristina vio morir desangrado a su padre tras un accidente; el no poder ayudarle es lo que le hizo querer ser cirujana. Ya en el hospital, las cosas no mejoran: se enamora de un doctor –Preston Burke– del cual se queda embarazada. En los planes de futuro de Cristina no aparecen niños y eso le traerá problemas en el futuro con Owen, aun así Cristina perderá al bebé antes de abortar voluntariamente. Por último, la relación con Burke acabará de forma humillante siendo abandonada el día de su boda, incluso tras haber accedido a depilarse totalmente las cejas.

Ahí no acaba la cosa, con el corazón destrozado tendrá que afrontar la muerte de su amigo George O’Malley por un accidente, y la casi muerte de su amiga Izzie Stevens por un cáncer. Las desgracias no acaban, y es que en la explosión de un ferry, Cristina estuvo a punto de perder a su mejor amiga, tuvo que operar al marido de esta a punta de pistola cuando un lunático causó un tiroteo en el hospital –causándole un gran trauma–, y por último sufrirá un accidente aéreo donde sus amigos Lexie y Mark pierden la vida. Por no hablar de la injusticia de perder el premio Harper Avery por trabajar en el hospital que pertenece a los Avery o que incluso fue apuñalada accidentalmente por una estalactita. Está claro que Cristina no ha tenido mucha suerte.

Pero todavía le queda sufrir –más– por amor. Puede que Burke haya sido un amor muy importante, pero todos sabemos que el amor de su vida es Owen Hunt. Por él aguantó los celos que sentía por Teddy o incluso los ataques de histeria provocados por un trauma de su época en Afganistán. Cristina y Owen consiguieron casarse, pero la cosa no duró mucho. El problema de la relación es el rechazo de Cristina de tener descendencia, y cuando Owen descubre que aborta sin tener en cuenta su decisión, su matrimonio se condena aunque se divorciarán por el accidente de avión. Él siempre le echará en cara lo que hizo, y ella nunca aceptará a tener hijos; por lo tanto constantemente intentarán varias maneras de volver a estar juntos, pero siempre rompen por la misma razón. 

Una Amiga Muy Leal

Puede que Cristina sea seria, arrogante, prepotente, cabezota o incluso egoísta en ciertos aspectos, pero lo que no se puede negar es que Cristina es una gran amiga. Como ya hemos mencionado, la pobre tendrá hacer frente a la muerte de varios amigos, y es algo que le duele mucho ya que sus amigos son su única familia. Es una amiga con la que se puede contar para todo, y aunque en un principio no lo parezca, siempre se preocupa por ellos y hace lo que haga falta. Como por ejemplo el dejar su puesto en la junta a Alex cuando abandona el hospital. Su relación con Alex no es que haya sido muy cercana, pero “crecieron” juntos y para ella es muy importante.

Pero, la relación más importante de la serie es la relación de amistad que tiene con Meredith Grey. Meredith es la primera amiga que Cristina hace al entrar como interna en el hospital y a día de hoy, su amistad se ha convertido en una de las amistades míticas de la televisión. Para Cristina, Meredith es la persona más importante del mundo, a la que siempre acude cuando tiene un problema mostrando la típica escena de ambas durmiendo juntas. Como todas las amistades, Cristina y Meredith han tenido sus problemas, pero siempre han logrado seguir adelante. Su amistad nos ha dejado la mítica frase de “you’re my person”, lo que hace que la despedida entre ambas amigas sea uno de los momentos más tristes de la serie.

Cristina Yang ha sido uno de los mejores personajes que ha pasado por Grey’s Anatomy. Una mujer de armas tomar que ha luchado con todas sus fuerzas para conseguir tener una gran carrera que ha terminado –de momento– con tener su propio hospital. Este no ha sido el fin de un personaje, sino de una etapa; esperemos que Cristina vuelva el día que la serie llegue a su fin. 

¿Qué pensáis de Cristina? ¿Creéis que la serie será lo mismo sin ella? Nosotros sabemos que no.