Una cena con Mike y su familia termina con Robbie contándole a su hermano la verdadera relación que ha mantenido con Fiona. Sorprendentemente, esto no lleva a su despido, solo a un traslado a otro departamento de la empresa. Sin embargo, la visita de Robbie a su casa y esa bolsa de cocaína que deja encima de la mesa ya augura lo peor. Personalmente, me ha encantado el camino que lleva Fiona recorrido esta temporada, es cierto que sus escarceos con Robbie son reprochables (a pesar de que, como él mismo admite, Mike sea aburrido y falto de emoción), pero ese comportamiento autodestructivo es marca de los Gallagher y la temporada está explorando muy bien hasta qué punto los hermanos pueden escapar de un comportamiento que parece estar escrito en sus genes.
La situación con la que termina el episodio va a tener consecuencias nefastas para los Gallagher, especialmente sabiendo que la temporada pasada los guionistas ya exploraron cómo Lip, Ian, Debbie, Carl y Liam eran separados de Fiona para vivir en familias de acogida, así que podemos esperar algo diferente (y más trágico) para el resto de esta temporada, aunque Liam se recupere de este incidente. Por cierto, ¿cuántos años tiene? ¿No debería empezar a hablar?
Por otra parte y como si el drama universitario que vimos la semana pasada no hubiese ocurrido, Lip decide desaparecer unos días del campus y volver a casa, donde hace equipo con Debbie para encontrar a Ian, al que el ejército busca por robar un helicóptero, suplantación de identidad y estar ausente sin permiso. Ha sido un placer ver interactuar a los dos hermanos en el capítulo, Shameless nos da sus mejores momentos cuando los personajes se relacionan más entre ellos.
Finalmente, encuentran a Ian trabajando de camarero en un club y con una actitud muy diferente a lo normal en él. Y un duda surge, ¿es posible que esta nueva conducta del personaje (el robo del helicóptero, el desaparecer del ejército y no querer saber nada de su familia) sea culpa de que ha heredado la biporalidad de Monica, su madre? Quizás todo sea causa del alcohol o alguna droga pero es una teoría interesante que no me atrevo a descartar.
Veronica, Kevin y su flamante negocio de prostitución han puesto el punto más liviano a un capítulo cargado de emociones. Me gusta mucho que no se olviden de Mickey, un personaje que siempre me ha gustado, y que, además, esté obviamente preocupado por el destino de Ian.
Por último, Frank sigue con sus métodos, cada vez menos convencionales, para intentar superar su enfermedad de hígado. Me gusta mucho el final del capítulo, en el que dejan bien claro que se va a salir con la suya mientras que el futuro de Liam es bastante incierto. Además, finalmente, Carl parece reconocer el modus operandi de Frank para con sus familiares y decide dejar a su padre de lado. ¡Aleluya!
Un capítulo triste y difícil pero de lo mejor de lo que llevamos de temporada, que deja a todos los personajes en una situación complicada de cara al episodio de la semana que viene. De momento, parece que Shameless no es capaz de ir a peor.
¿Qué os ha parecido el capítulo? ¿Cómo créeis que Fiona se va a salir de esta? ¿Y qué os parece esa teoría sobre Ian?
¿Qué os ha parecido el capítulo? ¿Cómo créeis que Fiona se va a salir de esta? ¿Y qué os parece esa teoría sobre Ian?
Pobre familia. Qué pena da todo. No tienen ni un momento de respiro. Y pobre Fiona. No tiene perdón que se metan coca con los niños delante, pero me dolió en el alma ver al pobre niño moribundo. Está claro que no les van a dejar ser felices nunca.
ResponderEliminar¿Y Deb? Hasta el episodio anterior estaba insoportable. Su novio no quiere hacerlo con ella, habla un rato con Fiona, y vuelve a ser la de siempre. Vaya mierda de evolución.
El pelirrojo como si se hubiera quedado perdido para siempre. Su futura trama ya me da pereza.
Lo de Deb lo he visto más como una fase mala de la adolescencia que una mala evolución. Por decirlo de alguna manera, era la Debbie de siempre pero tuvo unos días malos.
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