¡Ay, qué pavor me daba este capítulo con tanto hype que ha creado la aparición de La Sirenita! ¡Ay, qué miedo me daba ver a Regina como Úrsula y a Eric pavisoso y sin su característico pelazo después de ver la promo! En un capítulo en el que apenas se avanza en la trama —pero lo que se avanza es importante—, introducimos en el mundo Once Upon A Time a un nuevo personaje, el cual no sabemos lo que durará. Hay una nueva princesa en pantalla (aunque en el capítulo no se mencione realeza marina ninguna), y su nombre es Ariel.
He de reconocer que adorando como adoro la versión Disney del cuento, he sido bastante reacia a varias decisiones tomadas en cuanto a la historia conforme la iba viendo, pero como ya es costumbre, el hilado final con todo lo mostrado compensa. La gran diferencia con respecto a la película animada de la pelirroja —muy bien elegida e interpretada para mi gusto, con sus chiquillerías y carácter alegre— es el personaje de Úrsula. Lejos de ser la malvada Bruja del Mar, nos presentan a Úrsula como un mito, una diosa marina (¿buena?) que otorga piernas a las sirenas durante 12 horas en la marea alta y que tiene bailes en su honor en tierra firme pero a la que nadie ha visto en más de un siglo. Huyendo de la Reina, Blancanieves conoce a Ariel, que enamorada del príncipe Eric, con la que asistirá al baile de Úrsula con unos vestidos bastante extraños y mal elegidos (¿de verdad?, ¿en serio?, ¿no eran una apuesta ni nada?) para ayudarla a conquistar a su amor.

Mientras, los Charming, Emma y Garfio se enfrentan a sus secretos más profundos para rescatar a Neal, desvelando así ansias de bebés, nuevos amores, miedos por abandono y dolor y, por fin, la verdad sobre la herida y cura de David. Con perdón por la felicidad Charming, pero ojalá y Neal desaparezca, y con él, Henry, y que Mary Margaret y David espabilen un poco, que falta hace. Y que viva Garfio, pobrecito mío.
Mención especial a la aparición estelar de la verdadera Úrsula metiendo miedo a Regina —aunque le faltaran carnes— y el papelón de la Reina haciendo de la diosa, que me la imaginaba cantando eso de Pobres Almas en Desgracia sin problema. Bueno, y el puntazo de que al baile del príncipe Eric le hayan llamado Bajo del Mar. ¡Viva La Sirenita! ¡Firmemos por la aparición de Sebastian! Y que nadie os engañe, no era un mini tridente, era un cachivache.
Viva Garfio. Neal, Henry y Los Charming aburren. >.<
ResponderEliminaryayyyyyy
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