Queremos una serie propia para Rachel Matheson, una mujer de armas tomar. Esta temporada podría ser mucho más errática e insustancial. Nadie intenta devolver la energía y sólo se dedican a esperar a las amenazas o a buscarlas. Sin embargo, tiene mucho más argumento que la temporada anterior. No paran de pasar cosas y, en concreto en este último episodio, los nervios afloran a cada segundo.
Charlie es una chica guapa perdida en medio de la nada. Demasiado bien le ha ido hasta ahora y, finalmente, ha ocurrido lo que tenía que ocurrir. Los rudos hombres de las llanuras han querido aprovecharse de ella. Pero el avispado Monroe estaba alerta y la ha salvado. Ella, que es muy testaruda, no acepta esta incipiente amistad que les llevará lejos. Aún hoy, sigo pensando que Bass Monroe siente algo más que amistad por Miles Matheson. Veremos. Es hora de partir hacia Willoughby.
Allí Rachel y Miles, que en principio estaban libres de sospechas, han hecho todo lo posible por entrar en el radar de los Estados Unidos. Rachel siempre sospechó de ellos y nadie la va a convencer de abandonar la causa. Ni siquiera su padre echando mano de una reprimenda digna de la edad del pavo. Miles ha descubierto que los rebeldes liderados por Titus ya no están en posición de atacar a nadie. El Gobierno los apresó a todos y se encarga de administrar sus vidas durante el tiempo necesario. Así, abandonar el pueblo es señal de muerte segura para todos los habitantes. Uno no se puede fiar de nadie. ¿En qué bando hay que estar? Los extremos nunca son buenos...
Hasta un amigo de la infancia ha podido aprovechar el poder que te brinda unirte a los Patriotas y concluir que es mejor deshacerse de ti. Pero Rachel es mucha Rachel y, cuando no está mirándose al ombligo, puede ser tan heroína como cualquiera. Y ahí la tenemos, esposada de manos al techo y vigilada por un corpulento señor. Ella se las apaña para escapar y marchar por la calle como la llanera solitaria.
Tom Neville no sabe dónde está su hijo y es de suponer que teme por su vida, pero eso no le impide matar para ascender en la jerarquía y dejar a Allenford en entredicho. Se empieza a entrever que la señora no tiene la suficiente inventiva y por lo tanto tampoco capacidad de liderazgo.
Por su parte Aaron ha sido, por una vez, el salvador de Miles. Y es que los héroes también necesitan ayuda a veces. Aaron es ahora una especie de hombre luciérnaga. Y las luciérnagas son algo así como radiactivas. A la lista de maneras de morir se añade la variable de combustión espontánea. Gracias a Aaron, Miles puede volver al pueblo y confirmar que el Gobierno no es trigo limpio. Miles y Rachel buscando problemas una vez más.
Maravilla de episodio, sí señor. Puedo decir que la serie ha mejorado con creces.
Tom Neville no sabe dónde está su hijo y es de suponer que teme por su vida, pero eso no le impide matar para ascender en la jerarquía y dejar a Allenford en entredicho. Se empieza a entrever que la señora no tiene la suficiente inventiva y por lo tanto tampoco capacidad de liderazgo.
Por su parte Aaron ha sido, por una vez, el salvador de Miles. Y es que los héroes también necesitan ayuda a veces. Aaron es ahora una especie de hombre luciérnaga. Y las luciérnagas son algo así como radiactivas. A la lista de maneras de morir se añade la variable de combustión espontánea. Gracias a Aaron, Miles puede volver al pueblo y confirmar que el Gobierno no es trigo limpio. Miles y Rachel buscando problemas una vez más.
Maravilla de episodio, sí señor. Puedo decir que la serie ha mejorado con creces.
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