"That poor girl. She doesn't know that loving you is the worst way to get to you"
—Betty Francis
—Betty Francis
Y pensar que, al final, la única que conoce la clave de las desgracias de Don Draper ha sido la mujer que le abandonó porque no le conocía en absoluto. Y pensar, cómo no, que conocemos esto cuando ambos la antigua pareja del ficticio american dream se reencuentra en el campamento del pequeño Bobby 5, donde el calor, la cercanía y un cúmulo de factores (principalmente, la imperiosa necesidad de ambos de probarse a sí mismos) consiguen que se den un homenaje juntos una vez más, quién sabe si la última.
Ese campamento nos muestra la imagen de un idílico lugar en el que Betty y Don son felices, donde el pasado, el presente y el futuro se toman un descanso para que los protagonistas de esta tórrida relación asienten los pilares de lo que está por venir. Betty, que vuelve a ser la MILF de siempre, ha ganado el pulso a su propia confianza (demostrando cuán superficial es); y Don, perdido como de costumbre, encuentra en ella a la mujer que dio pie a su peligrosa ilusión, a su mejor mitad. No hay palabras para describir lo simbólico de esta única noche (y lo bella que resulta visualmente), pero sí podemos quedarnos con el vacío que vuelve a enfrentar a Don cuando, a la mañana siguiente, descubre por primera vez que es su amante de turno y no él quien es capaz de dar carpetazo a una noche tan memorable, pues tan solo era un cierre para una larga etapa de desconsuelo de una mujer que por fin ha encontrado su propia felicidad (y parece no estar engañada). Y sin Sylvia y sin Betty, Don trata de aproximarse a Megan (ese personaje de dos caras tanto en la realidad como en la ficción) a pesar de que no tiene sentimientos por ella. Una vez que se cierre esa última puerta, ¿qué le quedará?
Otro reencuentro que tanto esperábamos, por otra parte, nos ha dejado a medias. Tras comprobar las necesidades de Roger por desarrollar sus aptitudes paternales, decide actuar sobre su nieto à la draper y le lleva a ver El Planeta de los Simios, causándole terribles terrores nocturnos. Sterling se suma así a la lista de personajes que tratan de seguir el camino de Don Draper sin saber cuán errado es y se pega un golpe de bruces contra la realidad, su hija. Pero esa necesidad de ser padre ha revivido y trata de aproximarse a Joan y al hijo que "supuestamente" han tenido juntos. Joan, que parece estar ahora con el majo de Bon Benson, le niega cualquier acercamiento, lo cual es comprensible. Roger no tiene madera de padre por mucho que tenga deseos de serlo (¿y no es un poco tarde ya para asumir responsabilidades?).
Oh, y cuánto me ha gustado esa conversación entre Joan y Pete, en la que éste ha buscado consejo en la persona menos adecuada pero sí en la única en la que puede confiar. Y viceversa. Y también podemos decir que Pete por fin ha descubierto la clave de su infelicidad y que ahora, de una vez por todas, podrá redimir este calvario tan duradero. Tanto tiempo bajo la sombra de Don Draper, tratando de seguir sus pasos, de emular sus acciones, de buscar esa barata felicidad, no han servido para nada. No obstante, es incluso poético que sea el fracasado de Duck Phillips el que le abra los ojos. Por primera vez estoy a favor de una redención verdadera de Pete Campbell, veremos si no vuelve a meter la pata. No sé si volverá a acercarse a Trudy, pero no creo que ella le vaya a recibir con los brazos abiertos.
Y hablando de mitades, ahí tenemos la diatriba de Peggy entre Don y Ted. Don ha sido su mentor, un duro maestro que raramente trata de hacerle sentir bien; y por otro a Ted, con el que tantos sentimientos está viviendo y que parecen ser recíprocos. Pero al contrario que lo que dice Abe, Peggy no es valiente en el trabajo y cobarde en casa, sino que es más bien al contrario. Las numerosas cesiones han acabado por lograr que Abe y Peggy vivan en un peligroso lugar, y ese temor ha acabado con una puñalada (literal) para el progresista reportero y una ruptura para la publicista. Y eso se veía venir. Lo importante es la cobardía de Peggy ante los dos verdaderos hombres de su vida y a cuál debe apoyar (lo que también conlleva una racional desconfianza ante la estabilidad de esta agencia, todo sea dicho), pero cuando tras una dura noche Ted le trata como a una colega más (cuando horas antes le había dicho lo contrario) y se cierran las puertas de ambos ante sus narices, Peggy vuelve a quedarse sola. Vacía. Sin duda, siguiendo los pasos de su maestro.
Y es curioso, como he leído por ahí, que la comparativa entre mantequilla y margarina salga a relucir precisamente en estos momentos. "La mantequilla sabe mejor, pero la margarina dura más". Juguemos a ver quiénes son las mantequillas y quiénes la margarinas de todas estas relaciones.
También podemos hablar del beso lésbico de Megan, si queréis.
O también, del hecho de que Mad Men se haya caído de tantas nominaciones a los CCA.
Todo ello, en la sección de comentarios. Hasta la semana que viene.
"ese personaje de dos caras tanto en la realidad como en la ficción" what? por qué? yo veo a megan super inocente. De hecho, Betty la clavó con su frase, me encantó.
ResponderEliminarYo creía que Don no podía caerme peor pero cada semana se va superando, es increíble lo suyo.
Menos mal que Peggy y el tonto ese han roto.
Me tiene loca lo de Bob Benson, qué hace ese tío?
Me encanta cómo se va hundiendo Pete Campbell a la vez que pierde pelo...
ResponderEliminarYo tampoco veo para nada que Megan tenga dos caras, l aveo muy, muy inocente y buena, que eso no quiere decir que en algún momento se dé cuenta de lo que hay y su personaje cambie, pero de personaje, como base, no la veo nada escondido.
Bob Benson me llama mucho la atención, en el mismo sitio que vi lo de Vietnam del capítulo anterior había un artículo sobre todas las posibles teorías de este misterioso personaje, ya lo buscaré y os lo pasaré, porque no tiene desperdicio y maquinar siempre es divertido.
FAN DE BETTY, FAN DEL MOMENTO FAMILIAR y por supuesto FAN DEL REENCUENTRO SEXUAL, totalmente. Y de que no haya salido Sylvia, su personaje me cansaba muchísimo, la verdad, con lo maja que me cae Linda Cardellini...
No me creáis con Megan, pero ya veréis...
ResponderEliminarA mí tampoco me gusta nada Sylvia. Betty ha sido una crack en este capi, ¿la cara de Don cuando se levanta y ve a su ex desayunando con el marido? Por cierto, espero que no estropeen a Betty con su marido, creo que están muy bien compenetrados :)
ResponderEliminar