Esta semana la familia Botwin ha regresado con nuevas historias y momentos curiosos. A escasos nueve capítulos del esperado final, todavía quedan batallas por librar. Esta vez no veremos nada de Tim, que fue arrestado por Shane, pero sí que podremos ver los problemas que van surgiendo entre los Botwin, así como rencillas pasadas que parecen volver a brotar.
Ante la evidente relación de Jill con el hijo pequeño de Nancy, Stevie, ésta pretende pasar más tiempo a solas con él y prepara un día de ensueño con el niño en el zoo. Pero las cosas parecen torcerse cuando Kiku, a quien Nancy contrató para llevar la compra-venta de marihuana después de recibir el balazo, se mete en problemas. A pesar de que Nancy todavía no se encuentra con las fuerzas necesarias, corre a ayudar a Kiku. Ambas acabarán en una sala de láser tag, donde una antigua Nancy convencerá de nuevo a Dimitri para que le venda marihuana. Pero la mezcla de nervios, cansancio y los láseres harán que nuestra antiheroína por excelencia tenga un colapso un poco preocupante.
Por otro lado, Jill y Andy discuten debido a Nancy. Desde que su cuñada volvió a casa más necesitada que nunca, Andy siempre ha estado ahí para echarla una mano. Pero ahora mantiene una relación más o menos seria con Jill, a quién no le hace demasiada gracia que él se centre tanto en su hermana. A pesar de todo, Andy prepara la cena familiar que Nancy le había pedido. Aireada, Jill le da unos medicamentos al pequeño Stevie que le dejan grogui y sin poder acudir a la cena al lado de su madre.
La historia más hilarante del capítulo la protagoniza Doug y la verdad es que ya se echaba de menos el gamberrismo al que nos tiene acostumbrados. Esta vez mantiene una guerra con el vecino de al lado, dado que está convencido de que su perro caga todas las mañanas en su periódico. Al final se ve lo equivocado que estaba nuestro contable y quizá eso le haga replantearse el tomar tantas drogas para dormir.
Los hermanos Botwin, Silas y Shane también tienen sus momentos en este capítulo. El primero conoce a un chico llamado RJ que trabaja en una tienda de jardinería y que le aconseja sobre el cultivo de marihuana. Además, también le indica que el hecho de que Shane esté estudiando en la academia de policía seguramente le acarree problemas serios en el futuro debido al negocio familiar. Por otro lado, Shane lleva a cenar a casa a Ángela, la chica que ha conocido en la academia y con la que parece ir desarrollando una relación, sin contarle nada de su pasado criminal.
En resumen, un capítulo interesante que recoge historias todos los personajes y que poco a poco va haciendo que la trama se desarrolle. El momento álgido lo protagonizan todos en la cena familiar. Nancy sufre un colapso, Andy y Jill discuten hasta dejar la relación, Doug recibe un bolsazo de mierda de perro y Shane y Silas tienen una conversación curiosa enfrente de Ángela. ¿Aguantará Nancy alejada del negocio familiar o volverá a las andadas? Y Shane y Silas, ¿el estar convirtiéndose en policía deteriorará la relación con su familia? Poco a poco se van precipitando hacia el fin y esperemos que los capítulos que quedan hagan justicia a todos los personajes y a la serie.
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