La tercera temporada de Modern Family continúa, como siempre, con mucha fuerza de cara a la audiencia (5,5 puntos en los demográficos) pero con un episodio al que, en mi opinión, le ha faltado una chispa de humor y de gamberrismo. Sin duda, el tema de esta semana daba para largo y de hecho así se ha visto: casi todos los personajes estaban relacionados directamente en diferentes tramas que giraban en torno a los celos que surgen con tanta frecuencia entre familiares, parejas y amigos. Quizás por esta razón, por tratar de darle una parte a todos los divertidos personajes de la serie, el episodio ha flojeado en más de una ocasión. No obstante, cómo no, ha habido risas aseguradas y momentos divertidísimos que se suman a la extensa lista de escenazas de Modern Family.
Poner a Cam con Gloria siempre es un acierto. Esta semana, Cam y Mitch se mudan temporalmente a casa de los Pritchett-Delgado debido a que están haciendo unas reformas en su casa y es la perfecta ocasión para que las dos reinas de la serie pasen más tiempo juntos (y con sus gritos, el calvario de Jay). No obstante, rápidamente se sienten atacados el uno por el otro: Gloria ve cómo otra persona se está apropiando del control de su hogar mientras la pequeña Lily sigue a la colombiana por todas partes logrando que Cam se ponga celoso. De nada vale la psicología de hijo de padres divorciados de Manny y poco a poco el ambiente se va enturbiando, a punto de conseguir que los grandes amigos se peleen; menos mal que mirando las cosas con un poquito de objetividad consigue que Cam y Gloria se reconcilien y, cómo no, hagan una divertida coreografía culinaria.

Por otro lado tenemos una pequeña historia con Mitch y Jay: Mitch tiene una reunión de negocios con Booker Bell (Phil Hendrie, King of the Hill), una persona famosa de cuando Jay era más joven, y el Pritchett senior se "acopla" a la reunión para saludar a su ídolo, algo que molesta a Mitch pero que pronto reconoce que es un error, por lo que compensa a su padre llevando a Booker Bell a su casa. Además, tenemos a Hailey y Alex, siempre discutiendo (esta vez por una niña a la que Hailey da clases, no os lo perdáis) por tonterías de hermanas y Luke por fin se arma de valor para plantarles cara. Y pobre, porque como cuando era pequeño le vuelven a pintar y vestir de mujer y hasta sus padres quieren una foto de la graciosa Betty Luke.
Un episodio entretenido, sin nada en especial (vale, el momento besos ha sido divertidísimo) pero tras unas semanas de parón se esperaba algo más impresionante de Modern Family.
COMENTARIOS