
En el hospital, Josh descubre algo haciendo sus rondas, una mujer está al borde de la muerte, la foto que está en su mesita muestra que dicha mujer es la madre de Sally. Por otro lado, la policía acude al hospital para hablar con Josh, han encontrado el cadáver del ex de Nora, y sabían los malos tratos que esta recibió estando con él. Evidentemente, Josh se convierte en sospechoso, al igual que Nora, quien no aparece por ningún lado. Como era de esperar, la madre de Sally muere, y en su funeral, en vez de estar triste se empieza a besar con otro fantasma.
Aidan está descontrolado, hace auténticas orgías de sangre, hasta el punto que empieza a tener visiones con su creador; Bishop (recordemos que le mató él mismo en la temporada anterior). Nora quiere un tiempo para ella sola, y eso significa esconderse en casa de los hermanos licántropos y no tener contacto alguno con su novio. Entonces Josh recuerda que Aidan tiene un contacto en la policía (la negrita que Suren transformó) que limpia los problemas de los vampiros, y contacta con ella para que cierren la investigación. Pero Josh tiene que ofrecerle algo a cambio, y le ofrece a los hermanos licántropos de pura sangre.
La visión de Bishop le dice a Aidan que tiene que matar a Henry (el vampiro que creó y le traicionó). A Sally no le hace gracia que su madre tuviese hace años un amante, y menos que su fantasma prefiera pasar tiempo con él que con su propia hija. Evidentemente todo tiene una explicación, a su madre le hace daño estar a solas con su hija donde Danny la mató. A la hora de la verdad, Aidan no puede matar a su creación, y como dice Bishop, la creación siempre será quien mate a su creador (como pasó en su caso). Por último, Cecilia (la policía) cierra el caso hipnotizando al resto de policías, y Josh no sólo entrega a los hermanos, sino que también entrega a Nora.
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