
Empezamos con 2 eventos que hay que celebrar: el cumpleaños de Zola y la cirugía nº 10.000 de Richard. Teddy ha cambiado totalmente desde el episodio anterior, ahora está animada y centrada en sus operaciones junto a Cristina, pero hay una persona a la que no quiere ni ver: Owen. Llevan tantas horas haciendo operaciones que Owen decide darle una de sus cirugías a Alex y a otro doctor, pero ambas deciden sabotearlo y robarles la operación. Por otro lado, una madre viene desesperada tras asistir a tantos hospitales, su hijo tiene un gran tumor en la espalda y siempre le han dicho que es inoperable, y Derek con la ayuda de Lexie deciden operarle.

Owen se reúne con Meredith ya que abandonó neurología y necesita elegir una especialidad, y todo el mundo le recomienda que elija cirugía general como su madre, cosa que no le hace mucha gracia. La operación tan especial de Richard es un trasplante de hígado, y en medio de la operación aparece Adele con un momento realmente sobrecogedor. Adele busca a su marido y piensa que se ha ido con la madre de Meredith y rompe a llorar pidiéndole que no le abandone. Como el piso de Meredith es un caos con tanta gente, April y Jackson deciden buscar un piso para ellos y terminan aceptando a Alex en dicho piso.

Durante la operación, Derek se da cuenta de que haga lo que haga, el niño morirá en el quirófano y decide cerrarlo y mandarlo a casa, cosa que nos da otro momento dramático donde los haya. Ese momento en el que un niño le pide a su madre que acepte su próxima muerte es algo realmente desgarrador. Por último, Owen pilla a Teddy y Cristina y decide pagarlo con su mujer delante de todo el mundo en la fiesta de cumpleaños de Zola (que termina siendo la celebración de Richard), y todo porque todavía sigue arrastrando consigo el aborto de Cristina, dejando su relación pendiente de un hilo.
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