Es un muy buen momento para adaptar novelas, y así lo demuestra Lifetime con su nueva propuesta dramática. Con una renovación dada dos meses antes de su estreno a modo de golpe en la mesa, la cadena de UnReal propone este thriller psicológico como su pistoletazo de salida para la temporada 2018-2019. Desarrollada por Sera Gamble y Greg Berlanti, que salen de su zona de confort fantástica y superheróica en la CW, la resurrección televisiva de Penn Badgley tras el fin de Gossip Girl en 2012 es un sí con mayúsculas en este inicio de curso.
You es la historia de cómo Joe, un librero de Nueva York, se enamora de Beck, una clienta. Lo que parecía ser un boy meets girl de Gran Manzana y filtros bonitos rápido se convierte en el retrato de la obsesión de un joven perturbado con muchos muertos en el armario y más que ir guardando. ¿Lo más interesante de la premisa? El desequilibrio de los personajes. Nos olvidamos de la fascinación por el peligro de la rubia insulsa y nos adentramos al 100% en los procesos mentales enfermizos de un maníaco carente de toda empatía y escrúpulo.
En estos dos primeros episodios de You, lo que más destaca de la ficción es que se mueve en una línea muy fina entre el terror de una mente retorcida y el magnetismo del chico teóricamente del montón que se postula como un héroe en ciernes. Badgley, metido en la piel de una continuación oscura y un tanto más adulta de esa Reina Cotilla en la misma Nueva York hiperconectada, salva los muebles (contra todo pronóstico) de una interpretación entretenida de ver. La serie tiene un problema moral muy serio en estos tiempos que corren de cancelar series porque incitan a los tiroteos en institutos: se está romantizando a un demente clínico. Y ése es el auténtico drama.
Joe es un varón blanco aislado pero empoderado, frente a una mujer débil, pusilánime, alcohólica y torpe. Una gacela que deja siempre las cortinas de su bajo abiertas con el depredador en flagrante acecho. Joe recuerda a Dexter, tanto en planteamiento como en ejecución, pero en una versión sentimentaloide. La disociación realidad/autoidealización de Joe es mucho más fuerte que la del Oscuro Pasajero y cambiamos los criminales de Miami por los maltratadores emocionales y los Weinsteins de turno. Contextualizado a día de hoy, este discurso de homicida pensándose héroe aguza aún más el doble filo de la serie.
El guion le dibuja como una persona enferma de entrada, es evidente. El carácter obsesivo es el esqueleto de la narración, y es del todo adictivo ver cómo la pelota va haciéndose más grande en su cabeza según avanzan las secuencias. El problema de You es que, en lugar de plantarse en el desglose de las filias y parafilias de un desequilibrado y punto, Joe es humanizado a través de una serie de elementos (como un niño huerfanito en el rellano) que acercan su figura a un punto incluso defendible. Y esa área moral gris incomoda de cojones. "We are the last romantics", dice y se dice. Y así es cómo ciertas patologías llegan a resultar atractivas.
Pese a que You es una serie a tomar en serio y dista mucho de las comedias tóxicas que han ido arañando sensibilidades este verano, se comenten errores de verosimilitud muy gordos que contrastan con el tono novelesco y no culebronero que pretenden, pero no terminan de alcanzar si miramos con lupa. Las referencias al cine y las romcoms abundan, como si anticiparse a los clichés fuese un atenuante a la hora de cometerlos. Berlanti es un experto en esos clichés, lo hemos visto en esas series suyas de la CW que son ocho, a la vez son una y realmente son todas un copia y pega con fines de marketing. Sigue teniendo los mismos agujeros en el guion (que en ciencia ficción se perdonan al considerarse reglas de su propio Arrowverso), como lo bien que viene ser un librero restaurador para tener un búnker insonorizado a tu disposición. Un búnker de arquitectura casi futurista y donde nadie mea ni caga durante días. Qué conveniente todo para esos momentos donde te da por el homicidio casual.
Aunque patine en el detalle y nos haga darle demasiadas vueltas a la peligrosidad de su moraleja, You es un acierto absoluto. En sencilla pero efectiva. Se conforma con un reparto mínimo y los elementos justos para dar con una fórmula de entretenimiento resultona y original. Está muy bien hecha estéticamente, y te atrapa desde la primera secuencia, aunque luego la cabecera te eche de una patada en el pecho.
¿Qué es lo que nos hace falta esta temporada? Volver a esta televisión cuyo principal fin es enganchar. Aquí la tenemos, señores. Este año no se ha hecho de rogar.
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