Está claro que un tema muy recurrente en la televisión actual son los superhéroes, desde The Flash, Iron Fist o The Punisher, hasta algunas superheroínas, como Supergirl o Jessica Jones. Pero hay un pequeño gran grupo que se va haciendo lugar en la ficción televisiva, otro tipo de superheroínas: las madres solteras.
Cada vez vemos a más mujeres fuertes, reales y luchadoras en nuestras pantallas: Mom o Better Things son claros ejemplos, pero la que se lleva la palma es SMILF, la serie de Showtime que acaba de ser nominada a un Globo de Oro. Una de las redactoras de este blog, Arancha Sánchez, ya hizo una crítica del piloto y hoy os traigo una lista de 5 razones por las que no os podéis perder esta joya.
Cada vez vemos a más mujeres fuertes, reales y luchadoras en nuestras pantallas: Mom o Better Things son claros ejemplos, pero la que se lleva la palma es SMILF, la serie de Showtime que acaba de ser nominada a un Globo de Oro. Una de las redactoras de este blog, Arancha Sánchez, ya hizo una crítica del piloto y hoy os traigo una lista de 5 razones por las que no os podéis perder esta joya.
1. Frankie Shaw
Esta comedia está creada, escrita, dirigida y protagonizada por Frankie Shaw, lo que hace a la serie mucho más personal, ya que Shaw se inspiró en situaciones de su vida para la serie, que está basada al mismo tiempo en su corto del mismo título realizado en 2015. La actriz consigue mostrar al espectador qué es de verdad la maternidad, con sus cosas buenas y sus cosas malas. Con una interpretación maravillosa dando vida a Bridgette, una madre preocupada y despreocupada al mismo tiempo, un poco perdida en la vida y que trata de sobrevivir día sí día también para darle una vida mejor a su hijo Larry, Frankie Shaw se luce en todos los aspectos, ofreciéndonos una parte de ella de forma original y fresca.
2. Sin censura
Otra de las características que hacen a SMILF verdaderamente especial es su alma rebelde y su carácter salvaje. Con ese estilo muy parecido a la familia Gallagher en Shameless, la serie se presenta tal y como es, tratando temas tabú como el sexo, los rollos de una noche, la masturbación femenina o el abuso. Bridgette es completamente transparente, decidida, un poco torpe y sinvergüenza. La serie es incómoda y tiene la intención de serlo, sabe jugar combinando la dulzura con lo picante, mostrando a una madre políticamente incorrecta pero ejemplar a la vez. Las escenas eróticas se muestran tal cual, sin censura y sin cortes, con sus momentos incómodos y sin ellos. Porque, si te vas a ofender, mejor cambia de serie. SMILF no se viene con rodeos, y nos encanta así.
3. Empoderamiento femenino
Sabemos que SMILF es una comedia fresca, original y que trata temas tabú, y esto es clave para realzar el papel del feminismo en la ficción televisiva. La serie está protagonizada por una mujer libre, fuerte y luchadora, segura de sí misma y que no necesita a ningún hombre para sacar adelante su vida y la de su hijo —el padre de Larry tiene buenas intenciones, pero no parece hacer mucho para ayudar—. Bridgette disfruta (o lo intenta) de su sexualidad libremente, porque sí, porque ella puede y quiere, porque es su cuerpo y porque se lo merece. Sabe muy bien que no deja de ser una buena madre por ello, y mientras ella lo sepa le es suficiente. Además, el título de la serie es una crítica al término machista "MILF" (Mother I'd Like to Fuck). La serie juega con los estereotipos y críticas sexistas y les planta cara de forma magistral.
4. Real
Bridgette está criando sola a su bebé en un barrio de clase baja en Boston. Es aspirante a actriz y trabaja como profesora/niñera/asistente/etc. de una familia rica. Además, tiene una madre con problemas mentales con quien mantiene una relación complicada. No tiene una vida fácil, pero tiene un propósito: darle una infancia mejor de la que ella tuvo a su hijo al mismo tiempo que intenta disfrutar de la vida y averiguar qué quiere de ella. No es difícil empatizar con la protagonista: la serie presenta a un personaje que podría ser tu amiga, tu vecina, tu madre e incuso tú misma, con problemas reales y con un tono cómico. SMILF es naturalidad en estado puro, y esa es una de las muchas maravillas que tiene esta serie.
5. Amena
Como la mayoría de comedias, los capítulos de SMILF no duran más de media hora, haciéndola una serie perfecta para ver rápido pero sin prisa, disfrutando de una historia que encanta y enamora. No se hace larga ni pesada, y tampoco se siente una pérdida de tiempo, ya que en 30 minutos se nos muestra una nueva aventura de la vida de Bridgette, un nuevo desafío que nos divertirá y nos emocionará a partes iguales. SMILF es de esas series que acabas sin darte cuenta y luego quieres más y más. Y, por suerte, ha sido renovada para una segunda temporada.
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