Madre mía, Mari. Madre mía. Violadores, secuestros, bisturíes a la yugular, queroseno en frasco monodosis, deflagraciones, Bruce Willis, Misión Imposible, MacGyver, todos juntos a la vez revueltos y al retortero. CaShonda se ha querido marcar su propio episodio nueve de Juego de Tronos edición andar por el hospital, pero se le ha colado un Owen Hunt y se nos jodió el clímax. De todos modos, este pre-final de temporada nos ha dejado muchísima plancha y estamos deseando destriparla todos juntos en amor y armonía.
Meredith amanece de poscoito al lado de Riggs. La noche de amor fue tan trepidante que ella ha madrugado para que le frote la espalda un poquito más en la ducha. No. Mejor dormir y mandarle a su casa por la puerta de atrás. La del servicio. Hasta aquí todos de acuerdo. Su trama ya ha florecido, son una pareja oficial y la paz durará poco. ¿Por qué? Porque ya vienen los Reyes Magos caminito de Belén:
Hasta a Teddy —¿os acordáis de ella?— han tenido que meter en el ajo, porque Amelia sola limpiándole la baba a un “marido” catatónico no bastaba. No vamos a hablar de que si a mí me vienen dos señores a casa diciéndome que mi hermana muerta no está muerta, lo último que haría es ir a trabajar de morros y meterle un puñetazo a un bebé azul. Tampoco vamos a hablar de que quizás, oye, quizás uno deba alegrarse por la resurrección espontánea de un familiar de primer grado. Y mucho menos vamos a seguir clamando al cielo por esa pena de matrimonio que tiene Amelia. ¡Vamos a hablar de que Teddy está en Alemania! Teddy en Alemania, Cristina en Suiza… ¿No veis a Amelia un poco cara de polaca? Struddel wolksvagen nein nein, querida. Coge carretera y manta, que ya estás tardando.
Meredith amanece de poscoito al lado de Riggs. La noche de amor fue tan trepidante que ella ha madrugado para que le frote la espalda un poquito más en la ducha. No. Mejor dormir y mandarle a su casa por la puerta de atrás. La del servicio. Hasta aquí todos de acuerdo. Su trama ya ha florecido, son una pareja oficial y la paz durará poco. ¿Por qué? Porque ya vienen los Reyes Magos caminito de Belén:
— Toc toc.
— ¿Quién es?
— Dos extras y un desenfoque de cámara.
— ¿Qué queréis?
— Hacerte pensar que tenemos un bombazo que no llevamos anunciando desde noviembre.
— ¿Lo vais a dilatar durante media hora aunque hasta el tonto del pueblo sabe de qué va la vaina?
— Sí.
— Perfecto, pues después de la cabecera voy a sufrir un trastornillo de estrés postraumático y ya insultamos un poco más al personal y a nuestras propias capacidades narrativas.
Hasta a Teddy —¿os acordáis de ella?— han tenido que meter en el ajo, porque Amelia sola limpiándole la baba a un “marido” catatónico no bastaba. No vamos a hablar de que si a mí me vienen dos señores a casa diciéndome que mi hermana muerta no está muerta, lo último que haría es ir a trabajar de morros y meterle un puñetazo a un bebé azul. Tampoco vamos a hablar de que quizás, oye, quizás uno deba alegrarse por la resurrección espontánea de un familiar de primer grado. Y mucho menos vamos a seguir clamando al cielo por esa pena de matrimonio que tiene Amelia. ¡Vamos a hablar de que Teddy está en Alemania! Teddy en Alemania, Cristina en Suiza… ¿No veis a Amelia un poco cara de polaca? Struddel wolksvagen nein nein, querida. Coge carretera y manta, que ya estás tardando.
Alejandrito Karev, siguiente en discordia. No hubo suerte. The guy no era nuestra amiga Katherine Heigl disfrazada de hombre debido a la vergüenza de sus últimas venturas televisivas. ¡Es el marido de Jopelines! El marido de Jopelines, anteriormente director de coro escolar, ahora es un prestigioso doctor que da convenciones y tal. ¿Por qué? No sabíamos ni que Alex aún seguía pensando en Jo. Pero él tenía una cuenta pendiente con la vida. Alex Karev se debe a su audiencia y la audiencia reclamaba respuestas: ¡¿cómo coño se llama Jo?! ¡Brooke Stadler! ¡Como los bolis caros!
Las posibilidades de que Brooke sea un nombre falso producto de la imaginación criminal de Alex son amplias. Esas escenas de ensoñación para rellenar el viaje exprés a Los Angeles nos dejan insatisfechos, y más sabiendo que estaba en la misma ciudad que su ex-jefa, ex-amiga, ex-amante y eterna diva Addison Montgomery. Qué ganas de ponernos la miel en los labios y tener que conformarnos con una insana y gratuita obsesión cuasi-homoerótica.
Y ahora hablamos de los internos. Bueno, de la que queda. Entre Warren que no sirve ni para estar en medio de un pasillo, el Bonito que está demasiado vestido, Leah Murphy en paradero desconocido y Josephine Brooke llevándoselo calentito, Edwards se está comiendo las hostias de todos y por eso le vamos a dedicar cinco parrafazos enteros. Que se los ha ganado, por mártir y por hacernos el final de temporada.
En tiempos de cuando Meredith era joven, en las primeras temporadas, allá por 1975, los internos se repartían el drama. Unas con sus líos de faldas, otras con sus campañas de ropa interior, otros tirándose delante de autobuses… Pero esta temporada la pobre Steph aglutina todas las desgracias habidas y por haber. Es el punching ball de esta santa casa. Gracias al siempre fiel a la medicina Richard Webber, que le da un alta psiquiátrica tras preguntarle que qué tal tiene el brazo, la pupila de la Shepherd viva regresa al campo de batalla para ser utilizada como escudo humano y que le detonen dos bombonas de butano en la cara.
Una vez más este año, Steph is the new Grey. Curiosamente los efectos visuales (o los presupuestos) no han mejorado particularmente desde que explotase la bomba en la segunda temporada. Sólo han pasado 30 años y 40 series de Marvel. Igual algo podría haberse pulido. Igual. Idea que lanzamos.
Toda esa recta final del episodio ha sido un despropósito de dimensiones I. Marlene King. Tienes a Meredith diciéndole a los padres de la niña puñetera que le pongan la correa que hay mucho follón en el hospital hoy, y al rato Steph se hace una turné por tres plantas siendo rehén sin absolutamente nadie hábil alrededor para echarle una mano o preguntarle qué hace con un señor en busca y captura pegado a la chepa.
Por no hablar de los pasillos acorazados diseñados para ensayar asaltos al BBVA. Los guionistasde Pretty Little Liars han decidido anular la dotación neuronal de Steph y hacerla optar por carbonizar a un psicópata en zona estéril antes que clavarle un bisturí en el cuello por la espalda durante los siete minutos que estuvo regando al señor tarado. Yo me voy a echar la siesta, que con estas historias para no dormir la noche va a ser larga.
Por no hablar de los pasillos acorazados diseñados para ensayar asaltos al BBVA. Los guionistas
Dicho queda todo esto, y aún nos dejamos en el tintero temas trepidantes como por qué sigue fluctuando el número de hijos de Meredith, el uso del apellido Stevens por parte de Alex en sus pajas mentales o los motivos por los que Maggie y Jackson últimamente no paran de trabajar juntos en casos que requieren quedarse mucho rato solos en el ascensor hablando de amores, desamores y viceversas.
Os recomendamos la última promo de la temporada. Id cogiendo fuerza para el siguiente cataclismo mortal del hospital. Sed felices y poned buena cara, no la de Meredith diciendo “esto lo va a barrer Rita”.
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