Ya estamos aquí otra semana más para comentar el nuevo episodio de Supergirl. Y sí, hablaremos de episodio a secas porque ni una simple aparición de Barry Allen corriendo de pasada nos han dado para que podamos llamarlo crossover. No sabemos por qué les cuesta incluir los saraos televisivos en el episodio de Supergirl cuando llega la hora de juntar varias series del universo DC, pero nosotros queríamos focos, música y baile también en National City. Dejando el no crossover a un lado, esta semana hemos tenido una visita muy especial, una revelación que de sorprendente no tuvo nada y una subtrama bastante insustancial. Pasen y lean.
Por fin acabó la búsqueda de Mon-El a través del universo, y resulta que los que lo buscaban eran nada más y nada menos que sus padres. Efectivamente y como ya sabíamos todos, Mon-El es el príncipe heredero de Daxam, y aunque hizo todo lo posible para que Kara no se enterara de la verdad, fue algo inevitable. La pobre chica acabó en una improvisada cena con sus ilustres suegros (dentro y fuera de la pantalla), la reina Rhea (Teri Hatcher, Desperate Housewives) y el rey Lar Gand (Kevin Sorbo, Hercules: The Legendary Journeys) de Daxam, donde la tensión se podía cortar con un cuchillo. Los padres de Mon-El pretenden que abandone su nuevo hogar para liderar un viaje por el universo con el fin de reunir a todos los daxamitas desperdigados y volver a reconstruir el imperio perdido. Pero su hijo no tiene intención de contribuir a la vuelta de la esclavitud y ser la imagen del “make Daxam great again”.
Obviamente a Kara no le hizo ni pizca de gracia que su novio le mintiera acerca de su verdadera identidad y toda su vida previa a su llegada a la Tierra, así que no sabemos si los tortolitos conseguirán superar este bache. Lo que sí sabemos es que para conseguirlo Mon-El tiene que cambiar unos cuantos comportamientos que tiene interiorizados como su falta de sinceridad sobre su pasado, pero no parece nada dispuesto a hablar de su desenfrenada vida como príncipe mujeriego de Daxam que no pensaba en las repercusiones morales de sus actos, dejando incluso que su guardaespaldas personal matara civiles asustados para que él pudiera huir del planeta que se estaba destruyendo.
Como la visita de los padres de Mon-El fue intensa pero no nos dejó momentos de acción, esa parte del episodio la pusieron Winn y su novia Lyra. Resulta que no todo era tan bonito como parecía en su relación. Lyra utilizó a Winn para robar una obra de arte en un museo e incriminarlo a él de paso, pero todo tenía su razón de ser: el hermano de Lyra (del que Winn no conocía su existencia) estaba secuestrado por una mafia de tráfico de arte con la que tenía una deuda que Lyra estaba intentando saldar. ¿Era más fácil contárselo todo a Winn y pedirle ayuda en lugar de utilizarlo? Probablemente. ¿La trama fue colocada ahí sin venir a cuento? De una forma muy absurda. Menos mal que la encargada del caso fue Maggie Sawyer, porque sin enchufe en la comisaría de National City todo podría haber acabado mucho peor.
El último en unirse al episodio fue Music Meister (Darren Criss, Glee) del que solo nos han dejado ver como dejaba KO a Supergirl y acto seguido huía a la Tierra-1. A los fans de Supergirl nos tocará ver el episodio Duet de The Flash para ver como acabó todo y esperar a la semana que viene para saber qué intenciones tienen los padres de Mon-El y por qué no han abandonado todavía la Tierra.
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