En la época del Peak TV desarrollar un producto televisivo de éxito (es decir: que coseche buenas audiencias, que obtenga notoriedad, o ambas cosas) es fundamental para garantizar la supervivencia de tu marca. El estreno de series y programas de dudosa originalidad es la prueba de ello: en televisión conviven actualmente modas tan virulentas como la de los superhéroes, el true crime o la nostalgia con propuestas que persiguen repetir antiguos éxitos recurriendo a formulas de reciclaje (spin-offs, remakes, reboots), todo ello con el objetivo de echar los restos en la dura guerra por conquistar el mando.
Respecto al inminente estreno de The Good Fight, que finalmente se convertirá en el primer lanzamiento de CBS All Access el 19 de febrero (en lugar de, casualidad, un spin-off de Star Trek), el hecho de que muchos fans de la serie original se hayan llevado las manos a la cabeza con la propuesta demuestra lo poco que estamos acostumbrados a recibir lo que nos merecemos. Al fin y al cabo, The Good Fight ha sido llamado spin-off por no decir abiertamente que CBS ha querido continuar con la serie original en su plataforma on demand a estrenar, lo que precisamente ha sido lo que más críticas ha recibido. Los mismos showrunners, el mismo reparto (con algunas bajas, aunque previsibles) y, si nos ponemos a indagar, seguro que el mismo equipo de producción, están involucrados en el proyecto. ¿Y cuál es el problema, me pregunto? ¿No es mejor esta propuesta que, no sé yo, una serie sobre Alicia y Will en la universidad?
Con The Good Fight CBS ha querido recurrir a una propuesta conocida, una marca que les ha otorgado una reputación que se creía inalcanzable, el respaldo por parte de la crítica y una audiencia humilde pero sólida. Hasta premios. CBS podría haber lanzado alguno de sus spin-offs de NCIS en su plataforma on demand, pero con The Good Fight cuentan con una apuesta segura. El ruido generado durante los últimos meses es la prueba de ello y, se vea o no reflejado en la audiencia (mi apuesta es que no), CBS ha hecho lo mejor que podría hacer con esta empresa.
Previsiblemente The Good Fight continuará con la historia de The Good Wife, eso sí, sin Alicia (y estoy seguro de que acabaron todos tan quemados con ella que apenas se le va a hacer una breve mención). Por lo que hemos visto en el trailer, Diane quiere retirarse y para ello cuenta con unos ahorrillos en manos de su amigo Henry Rindell, uno de los hombres más poderosos de Chicago. De la noche a la mañana, la familia Rindell acaba involucrada en un escándalo financiero y Diane se queda en la calle, descompuesta pero con novio. Con la ayuda de Lucca Quinn (Cush Jumbo, la antigua socia de Alicia) y su perjudicada pero luchadora sobrina Maia Rindell (la tronista Rose Leslie), Diane tratará de recuperar lo que les pertenece para poder retirarse con la cabeza bien alta. Y de esa lucha saldrá un nuevo bufete que hará temblar los juzgados de Chicago.
Si bien la sinopsis no deja de ser la mítica historia propia de cualquier otro episodio de la serie original, también sabemos lo que el matrimonio King es capaz de hacer con ello. Lo que vemos en el trailer es un resumen exquisito, elegante y adrenalínico de lo que está por venir, y tengo claro que The Good Fight va a ser una de mis series de cabecera esta temporada. Es una The Good Wife sin Alicia, sin Kalinda, sin Cary, sin Peter, sin Eli, pero parece tener todo lo demás: las buenas historias, el ritmo desenfrenado, los líos de los despachos, la música afrodisíaca y algunas de nuestras caras conocidas más queridas: Diane y Lucca, acompañadas por Marissa Gold, Kurt McVeigh, David Lee, Howard Lyman, Elsbeth Tascioni y seguramente numerosos jueces que conocemos de sobra. Para mí es un spin-off sin objeciones y ya estoy contando los días para verlo.
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