El franquismo fue, obviamente, una época negra para el periodismo en España (y para el país en general): los medios de comunicación debían someterse a la censura previa, que decidía qué contenidos publicaban y cuáles no, hasta el punto de que no era extraño encontrar páginas o huecos en blanco en un diario nacional porque, en el último momento, el censor había decidido que cierta información no era apropiada.
En mitad de este panorama, era El caso, un semanario de sucesos que narraba los crímenes más escabrosos que habían tenido lugar en España, uno de los pocos periódicos que contaba con cierta “libertad”: al no abordar directamente la actualidad política, conseguían colar ciertos tintes de denuncia social entre sus líneas que pasaban inadvertidos ante la censura.
Fernando Guillén Cuervo (Los Misterios de Laura) llevaba tiempo queriendo desarrollar una serie sobre este semanario, y, en plena época dorada de la ficción española, con productos tan bien acogidos por la crítica como El Ministerio del Tiempo, Isabel, Vis a vis o Sin identidad, ha conseguido que El Caso: Crónica de Sucesos se estrene en la cadena pública. Inspirada en sucesos reales que ocuparon la portada de este periódico, nos encontramos con una serie más centrada en entretener que en ser totalmente fiel a la realidad del trabajo informativo.
La ficción de TVE nos lleva hasta el año 1966, pocos meses antes de que llegase una nueva Ley de Prensa que marcaría un punto de inflexión en el periodismo español y daría bastante más libertad a los medios de comunicación privados. Y, pese a estar protagonizada por periodistas y no por policías, El Caso es en esencia un procedimental policíaco que sigue la estela de apuestas como Los Misterios de Laura o Victor Ros, pues los protagonistas se implican tanto en los casos sobre los que informan que no pararán hasta que éstos queden completamente resueltos, contrarrestando a menudo la pobre actuación de los cuerpos de seguridad del Estado durante la dictadura.
Ellos son Jesús Expósito (el propio Guillén Cuervo), un veterano del periódico que antes fue policía; y Clara López-Dóriga (Verónica Sánchez; Sin Identidad, Los Serrano), la joven recién llegada que está allí, básicamente, por sus lazos familiares con uno de los altos cargos del régimen y que lo tendrá difícil para conseguir que sus compañeros la tomen en serio. Verlos interactuar es lo mejor de la serie: ambos están fantásticos en los papeles y tienen una química refrescante que, afortunadamente, no va en ningún momento por el camino de la tensión sexual.
Los setenta minutos que se le exigen a cualquier serie española pesan en el ritmo de El Caso, pero la serie lo compensa con un reparto de secundarios que, cada uno con sus excentricidades, dan mucha vida a la redacción del semanario. Los minutos extra, además, permiten que haya distintas subtramas: un gran caso que persigue a Jesús durante años y del que se nos van mostrando piezas poco a poco; anécdotas en la redacción que van desde lo cómico (la pasión de Aníbal por los OVNIS y las pseudociencias) a lo más serio (casos de malos tratos); y varios retazos de la vida de Clara, que sirve para mostrar de forma más compleja lo que suponía vivir en esa época, incluso perteneciendo a clases más altas.
Televisión Española no es la BBC, pero nos tiene acostumbrados a una buena ambientación en sus series –obviando tropiezos como los efectos especiales de Víctor Ros–, y su último estreno no es la excepción. Nos transmiten en todo momento la época en la que transcurre la acción y la producción no se encierra en la redacción, sino que los periodistas salen mucho a la calle.
Como casi cualquier serie autoconclusiva, El Caso necesita ir puliéndose poco a poco e integrar mejor los casos semanales con las tramas horizontales, pero la evolución en los episodios emitidos hasta la fecha es bastante positiva. Los guionistas van tocando temas muy distintos y dando más protagonismo al resto de periodistas, cada uno con un enfoque muy personal.
Hace tiempo que la televisión nacional se alejó de las comedias costumbristas y las series para todos los públicos. El Caso: Crónica de Sucesos da otro paso en esta dirección y, sin resultar pretenciosa en absoluto, se suma a un panorama cada vez más rico y estimulante.
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