Por fin. En serio, por fin. Por fin, después de meses de dar por saco con noticias, rumores, teorías y nuevos diseños de Funko Pop, la sexta temporada de Juego de Tronos se ha estrenado sin libros que toquen las narices ni talifanes quejicas.
Cómo no, nos ha dejado con el culo igual de torcido que cuando se fue. Se atormenta una vecina, se acerca el invierno, y la noche alberga terrores, porque aunque acabe de empezar la temporada ya podemos oler la muerte y mascar la tragedia.
Eso sí, es innegable que hay tantas tramas abiertas que no han podido más que mostrarnos un vistazo de cada una. Algunas han avanzado más, otras menos. Otras nada. Démosle tiempo.
¡Empecemos!
Ocho apellidos dothrakis
De mayor quiero ser Daenerys. No solo por la peluca, sino por esa seguridad que todavía a la altura de la sexta temporada me deja los pelos de punta. Después de huir de la arena con su dragón con espíritu de gato vengativo que pasa de su dueña, nuestra khaleesi es secuestrada por una horda de dothrakis que se creen que han encontrado a una simple damisela en apuros / objeto sexual. He de confesar que estoy un poco harto de escuchar los apellidos de la señora, pero hay que tenerlos bien puestos para enfrentarse a los dothrakis y encima convertirse en una intocable en cuestión de segundos. ¿Quién apuesta a que se convierte en la líder de todos ellos en cuestión de tres episodios?
No muy lejos, el dúo dinámico formado por el enfermito Jorah y el flipado de Daario exponen sus cartas y se dan cuenta de la misión suicida que supondrá rescatar a Daenerys. En Meereen, en un par de minutos Varys y Tyrion tienen otra de sus ácidas pero vacías conversaciones mientras descubren que les acecha el peligro constantemente y que no podrán salir de allí tan fácilmente, ya que alguien ha incendiado el puerto. La verdad es que la presencia de Tyrion aquí, sin Daenerys, ya no tiene tanto sentido. A ver con qué nos sorprenden.
Pocos avances
Unos pocos minutos de metraje no son suficientes, pero algo muestran. Por ejmplo, hemos vuelto a ver a Arya, ahora ciega después de matar a Ser Meryn. La que fuera la joven Stark ahora pide dinero en las calles de Braavos y es atacada por la (pesada de) la Niña Abandonada que, si hemos visto suficientes películas de kung fu lo que pretende es enseñarle a ver sin poder hacerlo literalmente.
En Desembarco del Rey, Cersei descubre que Myrcella ha muerto y se reúne con Jaime. Los incestuosos Lannister tienen un momento emotivo y la reina se desahoga con su hermano y amante. Por otro lado, la trama de los Gorriones sigue pegando con fuerza y ahora es Margaery su mayor víctima. Deseando estoy ver cómo las dos reinas urden un plan (y lo que molaría que fuera conjunto) para destruir a los religiosos.
Sobre la tumba de mi madre
Después de ser la mayor pringada de Juego de Tronos durante cinco temporadas, Sansa Stark por fin tiene un golpe de suerte y consigue escapar de los Bolton prácticamente ilesa. Con una neumonía como mucho. Brienne llega a su rescate en el momento preciso, y les libera a Theon y a ella de sus captores. Ahora, con su propia caballero juramentado, Sansa podrá tener algo de paz... pero si somos listos no nos haremos ilusiones. Tardará poco en meter la pata otra vez.
¡No me acordaba de ti!
No sé vosotros, pero yo no me acordaba de las Serpientes de Arena y mucho menos de Dorne. Fueron las grandes promesas de la quinta temporada y fueron tan desaprovechadas que nos olvidamos de ellas en cuestión de semanas. Ahora, Ellaria, junto con las "picantes" Obara, Tyene y Nymeria Arena, se sublevan, acaban con Doran y Trystanne Martell y se apoderan del trono. Esto abre un camino muy interesante pero me lleva a pensar qué papel tendrán las Setpientes de Arena en el futuro de la serie.
El retrato de Melisandre Gray
¿Ha muerto Jon Nieve? El mayor misterio desde la fórmula de la Coca-Cola sigue sin resolverse, pero es cuestión de tiempo que lo haga. Al fin y al cabo, Melisandre ha aparecido en el Castillo Negro y no son casualidad los esfuerzos recientes que hemos visto en la serie por intentar que nos caiga algo mejor. Evidentemente, el futuro de Jon así como del Norte está en sus manos. En sus viejas manos, claro está.
A cuadros nos hemos quedado cuando hemos visto a la bruja roja desnudarse y quitarse su mítico collar, convirtiéndose ante el reflejo de un decrépito espejo en una anciana casi descompuesta. ¿Por qué? No tengo ni idea, pero ahora mismo esa respuesta me interesa mucho más que la de la muerte de Jon Nieve. Al fin y al cabo, el bastardo está bien acompañado por Ser Davos y los únicos "cuervos" leales a su causa. Como dice Davos, el destino de todos ellos está en manos de Melisandre... porque a saber qué es capaz de hacer.
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