Tras la primera semana de toma de contacto, comenzamos con las reviews de Fear The Walking Dead, una precuela que empieza a tomar forma tras un piloto en que la presentación de los personajes y sus respectivos dramas fueron los protagonistas absolutos. En So Close, Yet So Far hay más caminantes, más acción pero el mismo drama, un equilibrio perfecto que consigue que los fans amantes de la acción y los que nos gustan las historias de personajes nos pongamos de acuerdo.
Si la semana pasada, la trama pareció un tanto farragosa, muy lenta y redundante, el segundo episodio recupera la esencia de lo que debe ser The Walking Dead, es decir, mucha acción, mucha tensión y unos personajes bien construidos que no son simples máquinas de matar sino que además tienen fondo. La presentación de los nuevos protagonistas fue muy larga pero gracias a haberlo hecho así, este segundo episodio ya tenía el trabajo hecho y todos ellos ya estaban debidamente asimilados por la audiencia, por lo que en realidad hemos ganado tiempo. Así, la trama ha sido más fluida y al final de la hora casi hemos llegado a la situación postapocalíptica que no esperaba que se diese hasta la season finale.
Ver como empezaba todo era uno de los puntos interesantes de Fear The Walking Dead y la serie nos está dando precisamente eso, aunque ya lo hayamos visto antes en otras obras del género. Es posible que no haya otra forma de contar un apocalipsis zombie, a mí no se me ocurre otra mejor, por muy convencional que parezca. Por otro lado, seguimos teniendo los golpes de imaginación de Kirkman y compañía, la imagen a cámara lenta de las niñas con las mascarillas puestas en el coche es genial. Seguimos comprobando cómo mezclar elementos de la cotidianeidad y la actualidad sigue funcionando, como la secuencia de la manifestación y los posteriores disturbios sociales que demuestran que las ciudades han quedado hechas un desastre por obra del ser humano y su naturaleza y no por mano de los caminantes. Una vez más, éstos son una proyección grotesca del hombre.
Pensaba que me daría cierta pereza ver otra vez cómo los personajes consiguen toda la información que nosotros ya tenemos y es algo que los guionistas tendrán que hacer muy bien para no caer en obviedades, pero hasta ahora el ritmo me parece aceptable aunque llevo muy mal lo de la ocultación de información, o las interrupciones inoportunas, es algo en lo que no debe caer la serie. Si nosotros nos viéramos en esa situación, creo que no actuaríamos de la misma forma.
Al igual que en The Walking Dead, los guionistas han establecido rápidamente dos grupos bien diferenciados. Uno es el de Madison y sus dos hijos encerrados en casa mientras vemos como los caminantes ya campan a sus anchas por las zonas residenciales. Ella ya se ha manchado las manos de sangre para salvar al interesantísimo Tobias, un personaje al que no hace caso pero que va anticipándole lo que va a ocurrir a continuación. El otro grupo es el de Travis y su primera familia en el centro de la ciudad, donde los vándalos han iniciado el camino de destrucción que seguirán los muertos después y donde hemos conocido a los tres nuevos personajes del episodio, Daniel, Ofelia y Griselda Salazar. Me hubiera gustado que se juntaran ambas familias y ver cómo se podían explotar los sentimientos entre todos ellos, aunque creo que lo veremos en breve.
Está claro que a todos nos gusta la acción urbana y que Los Angeles puede ser un lugar perfecto para crear situaciones impredecibles y verdaderamente novedosas, por eso quizás la idea de que huyan al desierto nos puede resultar demasiado familiar y aburrida, aunque las circunstancias y escenarios pueden ser muy distintos. Es cuestión de tiempo que los personajes opten por marcharse porque es lo que haría cualquiera en su situación, por tanto Fear The Walking Dead no va a ser una serie diferente como algunos pensaban (o esperaban), pero tampoco creo que sea el tentáculo comercial de la franquicia (o al menos no mucho más), simplemente creo que será más de lo mismo, y eso no tiene por qué ser negativo.
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