Uno de los conceptos de moda en televisión es guilty pleasure. Un guilty pleasure es algo que uno puede disfrutar a pesar de sentirse culpable. Pero, ¿por qué guilty pleasure? ¿por qué avergonzarse de lo que vemos? Comúnmente, esa culpa está relacionada con el miedo a que los demás descubran nuestros gustos o intereses, aunque este término es cada día más difuso y las series dignas de ser acuñadas con esta expresión van ganando adeptos rápidamente. Esto es gracias, en gran medida, a las redes sociales.
Sin ir más lejos, uno de los placeres culpables más generalizados es Gossip Girl. Vagamente similar a los mayores guilty pleasures de todos los tiempos, como son Melrose Place o Beverly Hills 90210, simplemente tuvo la suerte de ser reconocida como una serie aceptable, de calidad o incluso venerada por el público más juvenil y pudo alejarse de este apellido que arrastran muchas de las series actuales. Me temo que otro híbrido entre éxito de masas y placer culpable es The Walking Dead, que cada vez crea más adeptos y detractores debido a su evolución.
Algunos se atreven a criticar The Carrie Diaries sin haber visto ni un mísero tráiler pero no dudan en reconocer que siguen The Following. Otros aborrecen The Following pero arguyen que han visto la temporada completa para criticarla con conocimiento de causa. Esperemos pues que no hayan sufrido demasiado en el proceso de hate-watching.
Esta temporada ABC nos ha regalado Agents of S.H.I.E.L.D. a los fans de Marvel. Me incluyo porque esperé con ganas el estreno pero creo que, sin buscarlo, ya me he bajado del carro. Su protagonista Clark Gregg dice que la pérdida de audiencia es culpa de los que no le hemos dado al argumento la oportunidad de desarrollarse: "Those aren't geeks, those are losers". Pues este loser no tiene tiempo que perder y necesita ponerse al día con un montón de guilty pleasures. Ya veremos en verano. Si otros seguidores están encantados con ella, pues que sigan disfrutándola. La audiencia está más o menos estabilizada y seguro que consigue la renovación.
Pero también hay críticos a tu alrededor. No entienden que puedas haber visto toda la temporada de Hostages (¿alguno más? ¿soy el único?) pero les oirás decir cosas como "Una vez te das cuenta de que no es buena y solo es entretenimiento, puedes disfrutar True Blood, sin pretensiones". Para muchos, un guilty pleasure es directamente una serie mala, como si esto no fuera, ya de por sí, suficientemente subjetivo.
Pero vamos a dejar de recriminar. La idea de este post es defender el derecho de cada uno a disfrutar con lo que decida oportuno e intentar, solo intentar, no reprochar nada más a quien encuentra razones para justificar sus preferencias y arremeter contra las de los demás.
Es hora de enorgullecerse y proclamar a los cuatro vientos, y por diferentes motivos, que dedicas la tarde a ver esa serie que tu amigo llama "comedia gafapasta que no te pega nada" o ese drama que "te encanta pero es malota, malota". Todo son prejuicios, prejuicios por la fama que le dan los demás o porque la trama parece no encajar con nuestros gustos. En cambio, un día de vacaciones de Navidad decides comenzar Scandal y, sin darte cuenta, te has tragado las dos temporadas y media antes de Reyes. Justo antes de la semana de exámenes. Son aires nuevos en esta época de series interminables o novedades que no pasan del año.
También hay que recuperar la ilusión. Si, como yo, eres de esos que siguen todas las series que han empezado, aún no sabes por qué y has perdido el interés, puedes empezar esa serie de hace siete años que duró dos temporadas por baja audiencia, ese drama policíaco británico de solo ocho episodios o aquella serie de adolescentes que gana todos los premios que se votan online.
Un día de mayo del pasado 2013, yo decidí empezar una serie canadiense, la cual solo llevaba emitidos un par de episodios, sobre una chica problemática que es testigo de un suicidio de una chica igual que ella. Precisamente por ser canadiense, la serie parecía estar condenada. Pero esa serie hoy es un fenómeno mundial y, para qué negarlo, me enorgullezco de ser uno de los primeros seguidores. Esa serie es Orphan Black. Y no es la única canadiense que tengo el honor de seguir. Continuum cuenta con las bazas de estar protagonizada por una mujer policía y tratar sobre paradojas temporales, razones que para otros podrán ser negativas. Tú sigue tu instinto, vuelve a disfrutar de la tele.
Diría que el mayor guilty pleasure actual es Pretty Little Liars. ¿Qué es lo que tienen estas mentirosas? Comienzas viendo las dos primeras temporadas casi del tirón, te encanta. Pronto te das cuenta de que va a haber un nuevo enemigo cada año pero aún así sigue siendo entretenida. La abandonas al comienzo de la cuarta temporada durante dos o tres meses y te espoilean por Twitter el enorme gran cliffhanger previo al parón. Te ves diez episodios en un día, compruebas que el spoiler es cierto, haces unfollow al traidor y esperas al episodio de la semana próxima. Admites que llevan dos años de relleno pero no puedes dejar de verla. ¿Qué pasará? Lo sabremos en el próximo spoiler. Supongo que lo mismo pasará con Ravenswood, aunque no pienso comprobarlo. De The Tomorrow People prefiero no hablar porque estoy aquí para defender la libertad de visionado, pero sigue habiendo gustos y gustos.
Típicas series tratadas con prejuicios son Desperate Housewives o Sex and the City. Si incluso yo las clasificaba en el mismo lote desechable, al parecer fue por no comenzar a verlas desde el principio. Nunca me convencieron demasiado cuando veía episodios sueltos en la televisión pero, allá por 2009, alguien me insistió tanto en que debía ver Desperate Housewives desde el principio, que una mañana la comencé y, en menos de tres semanas, me había visto cuatro temporadas y media. Nunca hice lo mismo con SATC pero aplaudo a quien reconozca haberla visto completa. Demos gracias por ello a las vacaciones.
Y es que un guilty pleasure suele ir acompañado del cada vez más comentado binge-watching, que consiste en ver varios episodios seguidos, generalmente de una única serie. Cada vez más de moda gracias al vídeo bajo demanda, aunque existe desde finales de los 90, nos permite ponernos al día rápidamente.
Por ejemplo, podemos empezar a ver Veronica Mars, la cual teníamos pendiente desde 2004, y preguntarnos cómo no hemos descubierto esta pequeña maravilla antes. Aprovechemos que este nuevo año nos trae la película.
¿Cuál es vuestro guilty pleasure? ¿Veep, Arrow, Revolution? No lo dudéis, contádnoslo. ¡Contádselo a todos!
Yo soy fan de las series denominadas guilty pleasure. Yo no me siento culpable eso si por verlas jeje. Todos las ven en secreto igual. Como dices tu, hay que dejar de lado los prejuicios. Cada uno sabe porque le gusta o no una serie.
ResponderEliminarJoder! Yo tambien vi la temporada entera de Hostages, no estoy solo en este mundo.
ResponderEliminarMi guilty pleasure de esta temporada es Bitten la serie canadiense sobre una mujer lobo.
¡Yo también vi la temporada entera de Hostages!
ResponderEliminarDebo reconocer que veo o he visto todas las series de las que hablas a lo largo del post y orgullosa estoy de ello.
Eso sí, lo mío con las mentirosas es todavía más grave, puesto que me he leído hasta los libros en los que se basa la serie para conocer antes que nadie quién es A, aunque seguramente se inventen algo para que, al final, todo sea diferente.
Mis guilty pleasures (menos guilty, y más pleasure) son The Vampire Diaries y Teen Wolf, sobre todo ésta última. :3
ResponderEliminarBuen artículo!!!
Pues para mí Pretty Little Liars ni guilty pleasure ni leches, buena serie y punto.
ResponderEliminarme da miedo la precision con la que cuentan mi manera de ver pll :S ¡no puedo dejarla¡
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