Esta semana ha vuelto My Mad Fat Diary, una de las series teen de la cantera de E4, que lleva unos años regalándonos pequeñas joyas como esta. ¿Por qué hay que darle una oportunidad? Os damos cinco razones, aunque bien podrían ser veinte.
1. Rae Earl
Rae es My Mad Fat Diary. Es la protagonista absoluta, una joven que, tras su paso por un centro psiquiátrico, tiene que volver a la vida del adolescente corriente inglés. A partir de ese momento, tendrá que luchar diariamente contra sus inseguridades, enfrentarse a una madre un poco inestable y a un flamante grupo de amigos a los que apenas conoce.
Rae es un personaje complejo, tiene problemas que superar pero se enfrenta a ellos y, sobre todo, esto no la retiene para ser muchas más cosas: divertida, ingeniosa, amiga de sus amigos, inteligente y, como ella bien dice, cool as fuck.
Además, Sharon Rooney, la actriz que la interpreta, sabe captar a la perfección todos los estados de Rae.
2. Reirás y llorarás
La premisa de My Mad Fat Diary es bastante dramática y la situación de Rae es complicada muchas veces, pero el sentido del humor siempre está ahí gracias a la voz en off de la protagonista, que va narrando su día a día con ingenio y ocurrencia; y a los garabatos sobre los planos, que potencian este sentido del humor de forma sencilla pero muy efectiva, mientras le dan un aire fresco a la narración de la serie.
3. The Gang
Una de las cosas que más me gusta de My Mad Fat Diary es esa visión inocente y pura que tiene de la amistad (olvidemos un momento de Chloe). La pandilla es lo que le da fuerza a Rae para continuar y ese retrato de un grupo de amigos que no parece que tenga fecha de caducidad siempre me saca una sonrisa. No puedo olvidadarme de la adorabilidad de Finn, interés amoroso de la protagonista, cuya relación es una joya más dentro de la serie.
También está muy conseguido el retrato de la gente que forma parte de la otra vida más emocionalmente inestable de Rae; Tix, Danny y, mi preferido, Kester, el psicólogo que trata a la protagonista.
4. El retrato adolescente
Aunque la serie trate temas complicados como las enfermedades mentales, la angustia adolescente o la falta de autoestima de Rae, el retrato de los personajes está hecho con sensibilidad y cariño, nunca entrando en el ridículo o el dramatismo excesivo de las series teen. Además, no todo es pesadumbre y aflicción: Rae, como buena adolescente, está en un momento de despertar sexual, y su sinceridad y pocos pelos en la lengua son de agradecer porque no solemos verlos en las series teen y porque nos dan los momentos más divertidos de los capítulos.
5. La ambientación
My Mad Fat Diary se desarrolla en 1996 y la música de la época es fundamental en el desarrollo de la historia, desde canciones míticas de Oasis como Wonderwall o Champagne Supernova al One to Another de The Charlatans que suena en los créditos pasando por Blur, The Cure o The Progidy. La banda sonora de la Inglaterra de mitad de los 90 forma parte del retrato de los personajes.
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