El lado procedimental de Supernatural ha vuelto una vez más, y lo ha hecho de forma que funciona. Llevo tiempo pensando que lo interesante de Supernatural es eso, su lado procedimental que consigue dejar de lado la aburrida trama central de la temporada. En este caso, Supernatural nos ha devuelto a sus inicios cuando mezclaban un caso con su pasado. No me digáis que no echabais de menos ver al Dean adolescente o al niño Sam. El episodio ha estado bastante bien y esperemos que la temporada nos traiga más episodios así.
Reformatorio

Gracias al caso del que se ocupan los chicos esta semana, descubrimos algo más del pasado de Dean Winchester.
En la adolescencia, hubo una vez que perdió el dinero que su padre le había dado para comprar comida. Como no quería ser el culpable de que su hermano se quedase sin comer,
decidió robar comida en una tienda, pero terminaron por pillarle y mandándole a una especie de reformatorio. Su padre se negó a sacarle para que aprendiese la lección, y así pasó unos cuantos meses. Pronto
hizo buenas migas con el dueño de la casa, incluso encontró el amor de una joven camarera. Podría decirse que había encontrado un lugar al que poder llamar “hogar”. Eso sí, dicen que todo lo bueno tiene un final, y
la noche del baile del instituto, al cual iría con su reciente novia, llega su padre dispuesto a llevársele. Por supuesto, Dean se fue con su padre dejando plantada a su novia. Aun así,
la razón que le llevó a irse con su padre fue la de proteger a su inocente hermano.
El Fantasma Guardián

Este caso sucede en dicho reformatorio, y es que
uno de los trabajadores acaba muerto cuando una especie de tractor –que no funcionaba– volvió a la vida para atravesarle. Sonny –el dueño– se acordará que Dean trabajaba luchando contra cosas sobrenaturales y decidirá pedir su ayuda. Además el sufrir constantes ataques fantasmales hará que se decida a llamarle. Pronto morirá otro de los trabajadores:
una mujer que morirá asfixiada por la cortina de la ducha. Dean y Sam se pondrán manos a la obra para investigar el caso y descubrirán que
el fantasma es el de una mujer que está ligado a uno de los chicos. El niño es alguien totalmente indefenso y diana de todas las burlas de la gente, y
el espíritu de su madre –que murió salvándole– le protegerá matando a todo el que no se porte bien con él. Lo malo de eso es que el chico no logrará controlar a su madre, la cual
ya ataca a cualquier persona incluso a Dean y a Sam. Sólo será él el que logre acabar con todo, tendrá que enfrentarse a su madre y dejar que se marche.
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