Estamos de celebración en Grey’s Anatomy, y es que este episodio no es nada más y nada menos que el episodio número 200. Como episodio en sí ha estado bien, correcto sin llegar a destacar en ningún punto en especial. Teniendo en cuenta que es el episodio 200 podría llegar a denominarse como “decepcionante”; al ser un episodio especial, deberían ofrecernos algo especial, y no ha sido así. Lo que sí hemos podido ver, es esa esencia que tanto le caracterizaba a la serie en sus comienzos, pero es una pena que la hayamos podido ver en segundo plano y de mano de los internos. Como siempre, esperamos vuestros comentarios.
Fiesta para Recaudar Fondos
Ya sabemos que el hospital ha quedado algo destrozado y no es que tengan el dinero suficiente para repararlo, y por eso han decidido organizar una fiesta para recaudar dinero. Jackson contrata a una mujer para organizar la fiesta y a la hora de la verdad descubren que puede haber sido algo excesivo: magos, malabaristas, payasos, etc… Por supuesto, nuestros médicos tendrán que conseguir que la gente invierta en el hospital, y para incentivarles, Jackson dará un 10% del dinero al departamento que consiga recaudar más dinero. Otra cosa no, pero competitivos nuestros protagonistas lo son a más no poder. Cada uno usa sus tácticas: Cristina emborracha a los inversores, Meredith flirtea con ellos, Derek usa al bebé, y Callie finge la muerte de Arizona para dar pena. Toda la competitividad se ve arruinada cuando una joven trapecista cae desde una altura considerable sobre la organizadora saliéndosele la tibia. Todos los médicos abandonan la fiesta para atender a las dos mujeres y a Jackson se le ocurre la mejor forma de recaudar dinero: invitándoles a que vean la operación consiguiendo el dinero suficiente.
Tiburones
Con motivo de la fiesta, todos los médicos se han ido dejando a dos internos a cargo de Urgencias. Ross y Stephanie son los encargados de atender a los pacientes de urgencias, aunque evidentemente, si necesitan algo deben contactar con sus superiores. Aquí es donde recuperamos esa esencia que en un principio tuvo la serie; Ross y Stephanie se comportan como las antiguas Meredith y Cristina: enfrentándose a situaciones que les vienen pequeñas pero su competencia e insistencia les hace arriesgarse consiguiendo sacarlas adelante. Ante un procedimiento complicado, Ross sale adelante consiguiendo el reconocimiento de Cristina: ambos internos se han comportado como tiburones, y sólo los tiburones consiguen ser los mejores. Para celebrarlo, Ross no tiene otra forma que besar a Stephanie sin saber que Jackson les pillaría. Por supuesto, Stephanie rechaza el beso y se disculpa ante su novio.
Dos Pacientes Problemáticos
Ya hemos hablado que Richard es un paciente difícil que lo que quería en realidad era morir. Meredith –tras el sermón que recibió el episodio anterior– ha decidido dejarle morir hasta que se dé cuenta que morir no es lo correcto. En cambio, Bailey sigue empeñada en no dejar morir a Richard, y se le ocurre una idea. Hay otro paciente que sufre de cáncer terminal, y ya no pueden hacer nada menos esperar a que llegue su hora. Este paciente resulta ser un engreído racista que atormenta a Bailey para que busque la inexistente cura de su enfermedad. Así que, Bailey junta a Richard con este paciente para que se dé cuenta que tiene que luchar y tiene que tener las mismas ganas de vivir que tiene el otro impresentable. Su idea funciona ya que al rato, Richard decide tomar la medicación.
Fantasmas del Pasado
Hay 3 doctores que dejan la fiesta nada más empezar, y son Alex, Arizona y April. Mientras que Arizona y April se emborrachan en uno de los almacenes del hospital, Alex tendrá que enfrentarse a la idea de que alguien de su pasado ha aparecido en el hospital. Arizona no puede aguantar las miradas que todo el mundo le lanza por su infidelidad –sobretodo Callie–, y April se enfrenta a la idea de que su futura boda es un error. En cambio, Alex tiene que enfrentarse a 3 drogadictos que han tenido un accidente de coche, y uno de ellos tiene una voz familiar. Tras hacerle pruebas de ADN, Alex es capaz de confirmar que el drogadicto es su padre, el cual hacía 20 años que no veía.
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