Hay que tener claro que cuando uno ve una serie buscando nada más que entretenimiento no espera ver grandes filigranas en pantalla. Tampoco espera tramas ultra complejas, es decir cuando uno ve una serie como Castle, sabe lo que puede esperar y eso no es mejor ni peor, simplemente es la esencia de la serie. Dicho esto y tras un principio de temporada tortuoso se podría decir que Castle está, por fin, cogiendo ritmo.

Con una Beckett limitada por lo que ahora no puede hacer, y un Castle que cree en la inocencia de la secuestradora. Poco a poco se van descubriendo elementos que hacen sospechar que quizá Castle tenía razón. Para finalizar, gracias a la intervención de Castle y Beckett se demuestra que la principal sospechosa no es en realidad la culpable, mientras el padre biológico, un empresario muy poderoso consigue, en agradecimiento, que Beckett vuelva a homicidios en la comisaría de Nueva York. ¡Por fin!
Esperemos que a partir de ahora se dejen de experimentos raros y traten de que todo siga un cauce normal para lo que es la serie, quizá de aquí a final de temporada los guionistas nos deparen mejores historias y tramas. Y de paso que poco a poco vuelva a ser la serie que tanto nos enganchó en el pasado.
Esperemos que a partir de ahora se dejen de experimentos raros y traten de que todo siga un cauce normal para lo que es la serie, quizá de aquí a final de temporada los guionistas nos deparen mejores historias y tramas. Y de paso que poco a poco vuelva a ser la serie que tanto nos enganchó en el pasado.
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