Dos semanas y dos episodios. En este tiempo Agents of SHIELD ha conseguido mostrar su mejor cara pero también la peor. El fanatismo se desgasta con el paso del tiempo y los pases van dejando lugar a quejas bastante fundamentadas. Una historias de espías funciona a la perfección mientras que el episodio clave para la serialización de la trama hace aguas. Las grietas se van haciendo profundas en el equipo de SHIELD.
El robo de unos diamantes en pleno metro de Estocolmo alertan al grupo de agentes. Todo parece indicar que no se trata de un simple robo, y que es muy posible que habilidades especiales estén involucradas. Las cámaras de vigilancia revelan la identidad del criminal, una vieja conocida de Coulson llamada Akela Amador. Un ataque al equipo revela un extraño mecanismo incrustado en el cráneo de Akela. Su ojo es una cámara mediante la cual recibe una serie de misiones, de no cumplirlas será ejecutada de forma inmediata. El equipo elabora un complicado plan para conseguir encontrar al controlador sin poner en riesgo la vida de la portadora. El plan surge efecto pero sin poder revelar la identidad conspiratoria.
Este episodio conseguía sacar lo mejor de la serie exprimiendo el deja vu Alias al máximo. Una trama seria, no demasiado compleja y con buen ritmo. Sin duda marca el camino a seguir de querer convertir la serie en un procedimental superheróico.
El segundo caso nos devuelve a la Organización Centipede (nombre provisional), los protagonistas del episodio piloto vuelven para seguir elaborando su suero. En esta ocasión una misteriosa mujer con un traje de flores contacta con un mago callejero capaz de crear y controlar llamaradas. El sujeto era uno de las "personas especiales" que SHIELD controlaba y su desaparición hace sonar las alarmas. Un miembro de Rising Tide (y amigo especial de Skye) es el culpable de vender la filtración de información. Su amistad descubre al equipo de SHIELD las dudosas intenciones de la recién llegada en el equipo y dejará su credibilidad bajo mínimos. En Centipede utilizan las cualidades especiales de su nuevo juguete para contrarrestar el efecto explosivo de su suero. Para desgracia del ingenuo mago, el coste es alto y ahora su cuerpo se ve afectado cada vez que su poder aparece. La situación se descontrola y esta vez ni nuestos héroes pueden salvar la vida del inocente.
No conseguimos ver el desarrollo de los personajes (ni en el caso del forzado caso de Skye) y este provablemente sea el mayor problema de la serie. Además los casos resultan insulsos e inofensivos. El único punto a destacar es el que finalmente tengamos a una villana recurrente con el rostro de Ruth Negga (Misfits).
COMENTARIOS