De repente, la octava temporada de Dexter ha cambiado su rumbo. Ahora el serial killer ha apadrinado a otro desequilibrado como él, Zach Hamilton (Sam Underwood), pero Dexter no sabe controlarlo. Le pide una paciencia que el chico no es capaz de contener y le da largas constantes para centrarse en sus propios asuntos.
Recordemos que en el anterior capítulo Hannah McKey hacía de nuevo aparición en la vida de los hermanos Morgan y, como no podía ser de otro modo, los adormilaba envenenándolos; Dexter después de esta siesta se despierta en un polígono industrial y Debra en su casa; nada de esto tiene sentido. ¿Para qué ha dormido Hannah a los hermanos?
Debra, que estaba siendo la protagonista indiscutible de la temporada, vuelve a estar en un segundo plano. Está preocupada por su hermano y su relación con Hannah. Piensa que éste aún sigue enamorado de ella y teme por su seguridad; los sigue y no le gustará lo que descubre. Mientras tanto, Quinn y Vogel van perdiendo fuelle en esta temporada: de momento están ahí pero no suscitan interés, al igual que la historia familiar de Masuka.
Dexter empieza a obsesionarse con el tema y el capítulo rondará en torno a esta nueva trama. Hannah está casada con un ricachón y parece feliz, pero pronto nos daremos cuenta de que no solamente no es feliz sino que pretende que Dexter se haga cargo de su marido.
Finalmente será ella la que apuñale a su cónyuge, si bien será Dexter quien se deshaga del cadáver.
Zach Hamilton se enfada con Dexter porque éste no le esté ayudando y enseñando como prometió. Al final del episodio, Cassie, la vecina y reciente cita de Dex, aparece muerta a golpes en su apartamento, un asesinato similar al de Norma Rivera perpetrado por Zach Hamilton anteriormente, lo que nos da la pista de que es posiblemente el chico no haya podido contenerse y este asesinato también sea obra suya.
Ha estado bien que la temporada cambie de rumbo, pero no nos vamos a engañar: de momento no ha mejorado notablemente. Nos gusta el personaje de Hannah pero el de Zach no nos acaba de convencer, en parte por estar regular interpretado. Deb parece que ya no tiene nada que hacer y su personaje resta interés (esperemos que esto sea algo puntual), al igual que lo absurdo de las tramas secundarias del resto del elenco, completamente insustanciales.
Qué aburrimiento, en serio. Me da igual Hannah, me sobra, sabemos que está aquí para romper el nuevo vínculo entre los hermanos Morgan y la verdad es que es más sosa que nada. Realmente lo único que me ha entretenido es ver a Masuka charlando con su hija en bolas.
ResponderEliminarjajajajaja qué razón tienes Jaime,,,esta temporada está siendo desastrosa.
ResponderEliminarYo la estoy viendo por compromiso
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