La protagonista absoluta de este capítulo es, como su propio nombre indica, la hija del molinero, Cora, que con una historia totalmente de relleno que sólo sirve para que Rose McGowan (Charmed) se luzca como protagonista nos demuestra que, a diferencia de su hija, no todos tienen en esta serie tienen un pasado bondadoso más allá de lo que conocemos.
En estos flashbacks vemos cómo una joven Cora, sedienta de venganza tras cruzarse con una entonces malvada Princesa Eva —tengo la esperanza de que en algún punto veamos qué cambió en esta mujer para convertirse en la bondadosa madre de Blancanieves empezando con esta mala baba— y un Rey que exhala superioridad, verá cómo su vida peligra por pasarse de lista con quien no debía. Presenciamos también sus comienzos con la magia gracias a un pacto con Rumpelstiltskin, que huele la necesidad a leguas, y la transformación de su trato inicial en verdadero romance; y es que la maldad que ambos destilan no es fácil de encontrar. Sin embargo, siempre hemos sabido que Rumpel en el fondo tiene un corazón bondadoso —aunque algo corrupto—, mientras que Cora, con tal de salirse con la suya prefiere quedarse sin el suyo, casándose con el Príncipe Henry —que parece que con los años encogió mucho, porque vaya chapuza de casting, ya podía haberse parecido aunque fuera un mínimo— y presentando a su hija Regina en plan Simba ante el reino. ¿Alguien más notó esos ojos azules del bebé? ¡Vaya fallo!
Aparte de estos flashbacks, en los que a no ser que se adentren en algún cabo suelto más adelante no sirven para mucho —ni siquiera para contextualizar, no han explicado ni aportado nada más que historias sin relevancia—, la parte del capítulo centrada en Storybrooke ha sido excepcional. Rumpel está cada vez más débil y convencido de que va a morir, por lo que se reconcilia con Bae, le dice a su amada Bella por teléfono cómo la ve e incluso consigue que Blancanieves actúe en contra de su forma de ser impulsada por el odio y el rencor, lo que estoy segura repercutirá en el personaje. Ésta, valiéndose la vela que en su día le dio Cora disfrazada, del corazón escondido de ésta y de la sed de amor fraternal de Regina conseguirá acabar de una vez por todas con Cora, no sin antes proporcionar un feliz pero fugaz momento madre-hija, que no hará más que incrementar el odio de la resurgida Evil Queen por ella. Esta es la Regina que adoramos, presiento que se acerca una gorda.
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A diferencia de TWD esta si que es una serie lenta,en cada capitulo hay muchisimo relleno,como bien has dicho tramas que no aportan y no sirven para nada,los personajes pesados(a todos nos gusto el cambio en Snow,pero ahora sufriremos su remordimiento y culpa,ademas sabien que jamas la van a matar la venganza de Regina no es tan interesante) y muy desaprovechados(Meghan Ory es la unica actriz que despues de ser ascendida a regular aparece menos que cuando no lo era...)Ni hablar del personaje de Hook,muy ridiculo,muy mediocre,lo hacen pasar por encantador mujeriego y peligroso asesino,cuando no han dejado de rechazarle y pegarle(encima sobre todo mujeres) y Colin O'donoghue es muy mal actor,pero muy guapo que parece que lo compensa todo,tampoco le ayuda que comparta muchas escenas con Robert Carlyle que es muy superior a la mayoria y cuyo personaje me hace seguir con la serie...
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