Castle ha vuelto esta semana con la segunda parte Target, donde hemos podido descubrir más cosas sobre el pasado de nuestro escritor y el porqué del secuestro de Alexis. Tengo que admitir que el planteamiento de la semana anterior me pareció bastante más superior que su desenlace, que ha ocurrido demasiado rápido, con explicaciones sencillas y en los últimos quince minutos del capítulo. Me esperaba algo más grande, sobre todo después de la enorme trama que abarcó el asesinato de la madre de Beckett. Pero todavía tengo esperanzas de que nos sorprendan en los últimos ocho capítulos de la temporada.
El episodio termina donde lo dejamos el martes pasado. Los secuestradores se ponen en contacto con el padre de Sara y organizan un intercambio en París. Pero Alexis no parecía ser parte de ese trato, dado que no la liberan. Desesperado y sabiendo que desde Nueva York no puede ayudar en nada, Castle viaja a París, con el fin de recuperar a su pequeña. Mientras tanto, Beckett tiene una "agradable conversación" con la novia del conductor de la furgoneta asesinado, en la que podremos ver su lado más salvaje. Como una leona, intentará proteger a los suyos por encima de todo. Y así descubrirá que en realidad, Alexis era el objetivo.
Durante las cuatro temporadas pasadas hemos podido ver la cantidad de contactos que Castle tiene alrededor del mundo y que, una vez más, le ayudarán en este difícil caso. Así, consigue contactar con dos "especialistas" sin escrúpulos que prometen ayudarle. Rápidamente, arreglan un intercambio de dinero en un parque alejado, que terminará en traición. Resulta que quien le estaba intentando ayudar, le vende completamente a los secuestradores de su hija, dejándonos algunas preguntas en el aire. ¿Quién es Alexis y por qué es tan importante?
De repente y de la nada aparece un francotirador que acaba con todos menos con Castle. A escasos veinte minutos de que acabara el episodio ya nos imaginábamos quién podría ser este salvador tan simpático. Al igual que su hijo, es inconfundible. Así se nos presenta, y se le presenta a Castle, su padre. Un espía dedicado a la causa, pero que siempre ha estado cuidando de sus seres queridos. Sinceramente, me esperaba más. El reencuentro entre padre e hijo es emotivo, pero demasiado precipitado, casi sin explicaciones. Y resulta demasiado forzado para mi gusto, demasiado fácil, sin dejar cabos sueltos.
La razón del secuestro de Alexis resulta ser un ajuste de cuentas entre su abuelo y un espía soviético de la KGB. Padre e hijo unirán sus fuerzas para liberarla de manera exitosa. Pero tan pronto como ha entrado en sus vidas, se va. Castle se siente frustrado, y más nos sentimos nosotros. Ese último detalle espero que sea una promesa de que volveremos a verle, de que hay algo más grande montado.
Y a vosotros, ¿qué os ha parecido el capítulo y el descubrimiento del padre de Castle? Por ahora tendremos que esperar hasta el 18 de marzo para ver cómo encaminan la recta final de la temporada, para mi gusto, demasiado desaprovechada.
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