Estamos en la antesala de la season finale. Tras semanas de
capítulos vertiginosos y llenos de emoción era de esperar un capítulo más
calmado para terminar con una gran traca final. Era de esperar, pero no. Teen
Wolf sigue en sus trece de regalarnos una segunda mitad de temporada de infarto
y nos sumerge en una montaña rusa de emociones que siendo sinceros a pinchado
un poco debido a sus ambiciosas aspiraciones.
Después de toda tormenta llega la calma y para los jóvenes estudiantes
de Beacon Hill el ataque a la comisaria y sus consecuencias ha hecho que todos
terminen por separarse. Los problemas de cada uno nos presentan a Scott
intentando recuperar la confianza de su madre, Allison inmersa en su nueva
faceta de cazadora, Jackson sigue dominado por la bestia, Derek ve como su
manada aterrada lo abandona y Stiles agotado ante tantos peligros intenta
recuperar la confianza de su padre. La
conversación con la que arranca el episodio entre Stiles y la consejera (que
recordemos mantiene una relación con el veterinario) consigue su propósito de
motivar frente a las posibles amenazas futuras.
Como comentaba, la nueva manada de lobos teme por sus vidas y
decide abandonar a su Alpha. Por un lado Erica y Boyd intentan buscar otra
manada en los bosques (algo que les conduce a una trampa), mientras que Isaac
pide ayuda a Scott. Derek al dejar de contar con una manada ve sus
posibilidades de supervivencia diezmadas y comienza una extraña alianza con
Peter Hale.
En los últimos episodios hemos visto como el abuelo Gerard
Argent amenazaba a Scott para que le ayudara a encontrar a Derek y así vengar
la muerte de su hija Kate. Gracias a la
ventaja que le supone el dominar al Kanima, Gerard decide presentar su amenaza
final. Si al terminar el partido de lacrosse Scott no le ha entregado a Derek,
Jackson comenzara a atacar gente inocente (entre los que encontramos a su madre, Stiles y su
madre, Lydia…).
Hay algo necesario apuntar a estas alturas de temporada. Los
cambios de actitud en personajes como el que hemos visto en Allison
recientemente pueden añadir profundidad a un personaje o simplemente (y como
vemos en esta ocasión) hacen aborrecer por completo su nueva personalidad. La
nueva Allison es un nuevo personaje, borde, antipático, carente de sentimiento
alguno. No estoy en contra de estos twists
siempre y cuando estén bien ejecutados, y ni el personaje está bien escrito ni
Crystal Reed está a la altura. La incoherencia emocional que nos presenta durante la escena de caza, disparando inmutable a 2 de sus compañeros de clase favorecen el odio exponencial que recorre las redes sociales.
El final termina echando por tierra la tensión acumulada
durante los cuarenta minutos anteriores. Un montaje en el que intentan unir
varias líneas argumentales, con desapariciones y acciones sin sentido rompen lo
que podía ser otro final redondo. La
temporada pasada se preparaba para su final con situaciones más sencillas pero
de mayor calado emocional, veremos cómo
unen tantos hilos sueltos en un episodio final que merece ser apoteósico. Una única pregunta: ¿Quien vivirá y quien morirá? Se aceptan apuestas.
creo que algo pasara con stiles, morir no, pero dejara de ser normal
ResponderEliminarCambiar la "normalidad" me parecería un gran error, a fin de cuentas es el mayor nexo con el espectador y eso lo distanciaría bastante.
ResponderEliminarPero si cierta charla sobre no ser lo suficiente especial para ser util apunta a lo que tu dices.