Once Upon a Time S01E15. Red-Handed

El episodio de la semana pasada fue un episodio... digamos, de transición. No fue todo lo bueno que debería haber sido, o esa es la impresión que dan las audiencias de esta semana, que, suponemos por esta razón, han bajado en más de millón y medio de espectadores y 0.6 en ratings, quedándose en un modesto 2.8. Suponemos este motivo porque el capítulo que nos han ofrecido esta semana no tiene desperdicio: cliffhangers, fantasía, acción, misterio, y, por supuesto, Caperucita. Todos teníamos ya ganas de que nos enseñaran algo de la vida de esta coqueta y nada discreta chica que se hace llamar Ruby, y que hiciera algo más que lucir palmito y servir café en la realidad o llevarle comida a Blancanieves en el mundo de los cuentos.

Al igual que ocurrió con el capítulo sobre La Bella y la Bestia, el cuento de Caperucita Roja que nos enseñan no es el clásico de los hermanos Grimm, ni siquiera la versión algo más sádica de Perrault, sino otra alternativa que jamás habríamos podido imaginar. Aquí nos encontramos con que Caperucita vive desde el principio con su abuela, que la tiene en casa encerrada y sobrepotegida en temporada de lobos, obligándola a ponerse a todas horas su caperuza roja, ya que dice repele al lobo. El problema está en que ésta quiere huir con su amado Peter (Jesse Hutch, Kyle XY), cosa impensable a ojos de su abuela. 

Un día, al ir a comprobar si el lobo ha dañado a sus gallinas, Caperucita se encuentra una extraña en el granero, Blancanieves (¡NO! Frostie...¡NO! Margaret...¡NO! Mary, vaya juego de nombres), que acaba de escapar del cazador y temerosa al oír los aullidos, se escondió allí. Inmediatamente congenian y "Mary" va a vivir con Caperucita y su abuela. Al encontrar la masacre ocasionada por el lobo, que asesinó cruelmente a la partida de caza, convocan una reunión en el pueblo (o poblado, lo que sea) y Granny (la abuela) cuenta una trágica historia de su infancia para instarles a que se escondan y no traten de cazar al lobo, pero, deseosa de huir con su amado, Caperucita y Mary van solas a la caza del lobo. Al seguir las huellas, llegan a la conclusión de que el lobo no es otro que Peter, que por las noches se transforma, pero, al tratar de ayudarle, se acaba descubriendo que el verdadero lobo no es otra que la propia Caperucita, que acaba devorando a Peter y enterándose de la verdad de la peor forma posible. Su abuela ya conocía este secreto y compró la caperuza mágica que evitaba que ocurriera la transformación, pero, al dejarla, evitó los efectos. Ahora Caperucita tendrá que huir, pero...¿a dónde?

Mientras, en Storybrooke las cosas no pintan bien para David, que no sabe de dónde sale la llamada que dicen le hizo a su mujer justo antes de desaparecer. Ruby, harta de Granny, decide dimitir en su puesto de camarera y acaba convirtiéndose en la ayudante de Emma, y descubriendo que tiene unos talentos de rastreo más desarrollados de lo habitual. Tras decirles Mary Margaret que en el bosque se había cruzado con un David desorientado que parecía otra persona, la sheriff y su ayudante van en su busca (encontrándolo con el talento sobrenatural de Ruby). David, al recuperar la consciencia, no recuerda nada de lo ocurrido desde que dejó la comisaría el día anterior. Temerosas de lo que haya podido hacer, Emma manda a Ruby a buscar algo, no sabe qué, en el lugar donde apareció David al salir del hospital, y ésta, rápidamente, encuentra una caja enterrada en cuyo interior hay un corazón humano.

No se han hecho pruebas de ADN aún, pero, lo que sí se han encontrado son huellas en el interior de la caja, eso sí, no de David, sino de Mary Margaret. ¿Cómo es esto posible? Asustada, Ruby decide dejar su puesto en comisaría y volver a la cafetería con Granny, y, para desilusión de muchos, deja de llevar su característico atuendo. La semana que viene ahondaremos en este lado oscuro de Blancanieves del que no teníamos noticia alguna, y a lo mejor así descubrimos cómo es posible que sus huellas acabaran en el interior de la caja. Y, esperemos, de quién es el corazón.

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