Parece ser que la cosa va cambiando: de los capítulos aburridos que hemos tenido hace poco, hemos pasado a capítulos muy interesantes. Porque son eso, interesantes, ya que acción más bien hay poca. Aidan vuelve a ser el de la primera temporada (¡gracias!); es decir, hace lo que se le ordena y se porta bien para terminar consiguiendo su objetivo. Me gusta el rumbo al que Sally se está dirigiendo, es mi personaje favorito pero su personaje parecía algo estancado. Por el contrario, Josh parece que se está estancando, creo excesivo que toda su historia en el episodio sea intentar explicarle a su ex por qué le dejó.
Hay un problema, Aidan y Suren reciben la llamada de Madre; quiere asegurarse de que han limpiado Boston de todos los vampiros ‘huérfanos’ de Bishop. Evidentemente no han terminado con ellos, y van contrarreloj antes de su llegada. Así que preparan un plan, Aidan le dice a su creación (Henry) lo que sucede y que si quieren salvarse tienen que quedar todos para poder huir a la vez. Y eso hacen, mientras tanto, Suren consigue que el dueño de la casa (humano) le ceda las escrituras a su abogado para que la invitación quede rechazada, y así todos esos vampiros queden atrapados en dicha casa provocándoles la muerte. Henry quiere el perdón de Suren y Madre y para ello tendrá que someterse a un castigo: ser despellejado.
Sally vuelve a tener una visita de la parca, pero esta vez para advertirle. Hay una forma de que no tenga que matar al espíritu de nuestra protagonista, y dicha forma es convertirse en otra parca. Tras unas horas de meditarlo, ella no sólo decide rechazar su oferta sino que intenta matar a la parca; lo consigue, pero instantes después la parca vuelve a aparecer. Así que no le queda más remedio que aceptar su oferta, su primera víctima no es nada más y nada menos que su amigo Stevie. ¿Por qué él? porque aunque nosotros (y ella) le veíamos tan inocente, resulta que ha estado haciendo la vida imposible a todo aquél que provocó su suicidio.
Por último, Josh recibe la visita de su hermana para subirle el ánimo tras su ruptura con Nora. Josh acepta ir a tomar algo con su hermana, pero descubre que ella y su ex (Julia) se hicieron muy amigas cuando él desapareció. Su hermana se emborracha y Josh y Julia tienen que llevarla a casa, una vez allí hablan de todo y terminan hablando de por qué huyó. Como era de esperar, él le explica todo sin decirle lo que muy pocos saben; que es un licántropo.
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