La magnífica The Good Wife sigue demostrando episodio tras episodio su espectacular grandeza y buen hacer televisivo, desestimada en gran parte por una audiencia (2,1 en el rating demográfico) pero que aún asi continúa dejando un buen sabor de boca tras catar otro pedazo de una temporada que comenzó con bastante inseguridad pero que está tomando una forma y un resultado del todo alentadores. Como para no.
Como era de esperar, Wendy Scott Carr no se iba a marchar por las buenas y ejerce su venganza personal contra Will Gardner al denunciarle ante el Colegio de Abogados por las infracciones que cometió hace 15 años (y que en estos casos no prescriben). Poco importa que fuera un error de novato o que devolviera el dinero que "cogió", así como su tiempo: ha cometido un delito que ni tan siquiera se molesta en negar. Tiene dos opciones: o es retirado de la abogacía o cumple con una suspensión de seis meses, que para el caso es lo mismo; para Will, medio año sin ejercer es como perder la vida, como le insiste la matriarca Diane (que actúa, no lo neguemos, como madre y no como persona racional en esta situación), que le empuja a luchar en una batalla que en realidad no podría ganar. Además, volvemos a tener en escena a Eli Gold y a las dos nuevas mujeres de su vida: su exmujer Vanessa (Parker Posey), que se presenta a senadora, y a Stacie Hall (Amy Sedaris), que llevará su campaña. La némesis y nuevo rollete de Eli acaba cediendo ante las presiones y la obsesión por el control del relaciones públicas y dejando vía libre para que al final de encargue de la campaña de su exmujer, pero los momentazos de tensión entre los tres no tienen precio.
Un capítulo, ante todo, muy arriesgado por la temática que ha elegido para su caso semanal: el conflicto de Damasco (que sale en las noticias prácticamente a diario). The Good Wife nunca va por el camino fácil; sin importar lo impactante de su contenido, ya sea para su temática semanal (en este caso tremendamente actual, y muy bien narrada: el bufete representa a las familias de unos americanos torturados durante los conflictos en Siria) o por los giros argumentales que tome. Y es que como veníamos anunciando desde hace unas semanas, tras la resolución de los grandes conflictos de la primera mitad de la temporada (a la espera de que se resuelva lo de Will, por supuesto) lo que veremos a partir de ahora en The Good Wife estará, por fin, muy centrado en Kalinda y en quién era antes de llegar a Lockhart & Gardner: a Alicia, con la excusa de que Will abandona el barco, le endosan la representación legal de la investigadora, que sin sorpresa alguna tiene más de una cuenta pendiente con su pasado. Por supuesto, que Will se haya marchado no significa que desaparezca de escena, y es que veremos cómo es él en su vida familiar con un par de invitadas de gran interés.
Pero, ¿cómo se tomará todo esto Alicia? Su amante (oh, por favor, sabemos que volverán a estar juntos) se marcha, bate en mano, y su mejor amiga, luego enemiga y a partir de ahora completamente desconocida tomará gran control de su vida. Casi como si Diane lo hubiera planeado. ¿Con la ausencia de Will, Peter tratará de hacer una nueva toma de contacto? ¿Y tomará el papel de Cary sentido alguna vez?
¿Y podría el Juez Abernathy (Denis O'Hare) ser más divertido que con el movimiento Occupy Wall Street?
"¿Y podría el Juez Abernathy (Denis O'Hare) ser más divertido que con el movimiento Occupy Wall Street?" ...Que grande con lo del gas lacrimogeno jajjajaj
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