Syfy estrena hoy Alphas, apuesta veraniega que pretende revisionar el concepto tan manido de la serie de superhéroes. Creación de Michael Karnow (Time Squad) y Zak Penn (The Incredible Hulk y la saga X-Men) y con Jack Bender (Lost) en la producción y en la dirección del piloto, la serie se enfocará en los Alphas, denominación que se le da aquí a las personas que poseen superpoderes, y más concretamente en cinco de ellos que utilizarán los suyos para hacer el bien y luchar contra aquellos que quieren hacer el mal. El reparto lo forman David Strathairn (The Bourne Ultimatum), Malik Yoba (New York Undercover), Warren Christie (October Road), Laura Mennell (Supernatural), Ryan Cartwright (Bones) y Azita Ghanizada (General Hospital: Night Shift). Cuando veamos un par de episodios os daremos nuestras opiniones, pero antes queríamos profundizar en un género que nos apasiona: los superhéroes.
El género de superhéroes tiene todos los elementos necesarios para triunfar en televisión o, como mínimo, llamar la atención de la audiencia. En un mismo producto se concentran acción, aventura y suspense, la eterna lucha del bien y del mal (aunque en los últimos tiempos ambos extremos son cada vez más difusos en muchos productos y el superhéroe protagonista no muestra una tendencia al bien tan aparente, buscando una respuesta moral por parte del espectador) y los componentes básicos e incluso avanzados de la ciencia ficción. La esencia del superhéroe radica por norma general en la posesión de un superpoder o en su defecto de alguna habilidad especial fuera de lo común, razón primordial para despertar la imaginación del consumidor que sueña con poseer, al igual que el superhéroe, algo que lo haga destacar y diferenciarse de los demás, que lo haga sentirse especial.
George Reeves, el primer Superman de carne y hueso
The Incredible Hulk (1978-1982)
Aunque el origen del género televisivo de los superhéroes sea el de la adaptación del cómic del superhéroe de moda a la pequeña pantalla (en sus inicios una adaptación en animación y posteriormente en imagen real) no debe confundirse, error que se cometió y se sigue cometiendo en la actualidad en ambos formatos, con un género infantil. Este tipo de televisión nos ha demostrado más de una vez cuán adultas pueden ser las historias narradas a través de estos personajes tan especiales, abordando en muchas ocasiones el drama más puro y la explotación de la complejidad moral, caracterísita patente desde The Incredible Hulk (1978-1982) hasta Misfits (2009-actualidad). La ciencia ficción desarrolla la imaginación del espectador pero aborda temas e historias sumamente adultas, en muchos casos difícilmente comprensibles por las mentes más jóvenes (y de muchas mentes adultas, admitámoslo). Aunque el hecho de "tener un poder" como el deseo más repetido, volar, sea algo con lo que se sueña desde niño, no hay que confundir en ningún momento ambas cuestiones. De ahí que muchas series de televisión de este género hayan perecido porque la audiencia no haya confiado en ellas por el terrible prejuicio que acarrean o simplemente por la autodestrucción de su propio formato que en muchas ocasiones se limita a la explotación de los temas más banales del género gracias al uso continuo de los mismos argumentos que conocemos a la perfección.
Wonder Woman (1975-1979)
The Amazing Spider-Man (1976-1977)
No obstante, no se puede negar, llevar una serie de ciencia ficción y especialmente las de superhéroes a la pequeña pantalla es una tarea complicada. En el caso del cine, generalmente las películas del género se desarrollan bajo el poder de productoras que destinan millones de dólares a ellas, permitiendo no solo mostrar al espectador una buena colección de efectos especiales, sino que en muchos casos se permite el desarrollo de una innovación constante en esas mismas técnicas. En televisión el tema es más complicado: los efectos especiales son una necesidad absoluta del género y no todas las producciones televisivas se pueden permitir tales desembolsos (recordemos que, aunque la serie haya sido producida por una gran compañía, ésta nunca hará inversiones completamente justas en este tipo de producto sin convencerse de su rentabilidad vía audiencia). De hecho, es de sobra conocido que las primeras series de superhéroes (Adventures of Superman, Batman) fueron duramente criticadas por la pobreza de los efectos gráficos de los que hacían gala. Incluso a día de hoy el tema de los efectos especiales es escabroso: por ejemplo, la producción de Terra Nova (este otoño en la Fox), aunque no sea de superhéroes, ha sufrido verdaderas dificultades para poder salir a la luz.
Las series de superhéroes animadas son plenamente conocidas y básicamente cualquier personaje de cómic con éxito recibió la suya e incluso algunos superhéroes clásicos trataron de tener éxito en television en imagen real (aquella que no es animada, se entiende): The Adventures of Superman (1952-1958 como extensión de las películas protagonizadas por George Reeves), la mítica Batman con Adam West y Burt Ward (1966-1968), The Green Hornet (1966-1967), la Wonder Woman (1975-1979) de Lynda Carter que además era una serie de época, The Incredible Hulk (1978-1982), Superboy (1988-1992), The Flash (1990), Lois & Clark: The New Adventures of Superman (1993-1997), Smallville (2001-2011) por no hablar de la recientemente fallida Wonder Woman. Como podemos comprobar, salvo excepciones, pocas tuvieron especial éxito. Pero no solo de los cómics nacieron estas series de superhéroes sino que hasta de videojuegos como The Adventures of Hyperman (1995-1996) surgieron nuevos productos, así como de extrañas producciones de compañías de superheroes como Mutant-X (2001-2004) o la legendaria saga Power Rangers (1993-actualidad), esta última todo un éxito de merchandising. El género es variado y de múltiples orígenes, como veremos más adelante.
The Green Hornet (1966-1967)
Los primeros hitos del género de superhéroes en televisión coinciden con la primera serie de Batman y la de Green Hornet, allá por los 60. De ellas surgieron imitaciones y parecidos de todo tipo, como Captain Nice (1967) o Mister Terrific (1967), ambas de escaso éxito. El vídeo de arriba es solo un ejemplo de lo que imperaba en las producciones de superhéroes de la época: procedimentales alrededor de superhéroes vestidos con uniformes de colores llamativos, coreografías de acción que rozan lo cómico y unos efectos visuales y sonoros que hicieron historia. No obstante, la edad dorada de los superhéroes de adaptación llegaría una década más tarde, en los 70, con Wonder Woman, The Incredible Hulk, Shazam! (1974-1977), Spidey Super Stories (1974-1977), adaptaciones fallidas como The Amazing Spider-Man (1976-1977), películas de Captain America (1979) y Dr. Strange (1978) que no consiguieron llamar la suficiente atención como para convertirse en series, y otras producciones originales como The Six Million Dollar Man (1974-1978) y su spin-off The Bionic Woman (1976-1978), ambas de gran éxito, o Electra Woman and Dyna Girl (1976-1977). La CBS fue la cadena de los superhéroes de esta época y a un paso estuvo de sufrir grandes daños económicos y de reputación tras su obcecación con el género, al que se aferró demasiado tiempo aún cuando la audiencia demostró signos de cansancio ante productos prácticamente idénticos. Aunque aquí podemos hablar de series puramente de superhéroes, aunque los efectos especiales se hubieran desarrollado bastante (aunque seguían siendo cómicos) y las tramas fueran más adultas e interesantes, apenas había diferencia entre una serie y otra.
The Greatest American Hero (1981-1983)
En los 80, los personajes del cómic habian recibido todo tipo de adaptaciones tanto animadas como en imagen real y las productoras se lanzaron a la invención de nuevos personajes que desarrollaran sus propias historias y crearan su propia historia con el fin de diferenciarse de las series de superhéroes de la década anterior, aunque fuera precisamente en ésta cuando tuvieron sus primeros desarrollos. No obstante, los intentos fueron en vano y la audiencia no respondió nada bien a estos nuevos superhéroes como Automan (1983-1984), Manimal (1983), Street Hawk (1985), Misfits of Science (1985-1986), la canadiense My Secret Identity (1988-1991) y The Greatest American Hero (1981-1983), la única con un relativo éxito; de hecho, pocos superhéroes de estos años consiguieron tener un renombre más allá de los pocos capítulos que duraron sus historias, que no conseguían marcar una diferencia con las producciones de las décadas anteriores. La década termina con una nueva adaptación, Superboy, cerrando un ciclo difuso y sombrío para las series de superhéroes.
Misfits of Science (1985-1986)
Afortunadamente en los 90 resurge el género y prácticamente todos nosotros podemos recordar una serie de superhéroes que seguíamos con interés. Desde la fallida Flash (1990-1991), llegaron a la pequeña pantalla Lois & Clark: The New Adventures of Superman (1993-1997), la franquicia Power Rangers (1993-actualidad), Buffy the Vampire Slayer (1997-2003) y su spin-off Angel (1999-2004) o Night Man (1997-1999). La gran evolución de los efectos visuales así como el recurso de otros estilos y herramientas de otros géneros permitieron el desarrollo de nuevas historias que se alejaban por completo de la típica ficción de superhéroes que imperaba en las décadas anteriores, lo que ayudó a que este renacer del género pudiera continuar en alza hasta hoy en día. No obstante, hay que señalar un punto de inflexión a principios de nuestro siglo, con producciones un tanto ridículas como Black Scorpion (2001), Witchblade (2001-2002), The Tick (2001-2002) o Birds of Prey (2002-2003). Desde entonces, series de superhéroes con mayor o menor éxito pero con algo más de calidad que los ejemplos anteriores, han pasado por nuestras pantallas, afianzando la mezcla de géneros como medio de supervivencia de sí mismas, como Smallville (2001-2011), Dark Angel (2000-2002), Mutant X (2001-2004), Painkiller Jane (2007), Blade: The Series (2006), Heroes (2006-2010, una auténtica revolución del género), la galardonada Misfits (2009-actualidad), más recientemente las fracasadas No Ordinary Family (2010-2011) y The Cape (2011), y por último la recientemente estrenada The Nine Lives of Chloe King, que aunque roza más el género teen que el de superhéroes merece un puesto en esta lista.
Lois & Clark (1993-1997)
Birds of Prey (2002-2003)
Obviamente, dejamos en el tintero muchas y muy variadas series de superhéroes de las que seguro podréis hacer memoria, eso sin contar todas las historias de animación superheroica y los tokusatsu japoneses. Los superhéroes han estado presentes en todo tipo de producciones de pequeña pantalla desde los primeros pasos de Superman hasta las series del género más recientes y han protagonizado historias diversas de calidades, éxitos y repercusiones muy distintos. ¿Acaso Alphas supondrá una revolución del género y tendrá grandes repercusiones en la audiencia y en la cultura popular? Me aventuro a decir que no, pero mientras que lo intenta lo mejor que el espectador puede hacer es intentar disfrutar de las posibilidades que plantea el género y dar una oportunidad a esta nueva producción que, quién sabe, podría ser una delicia para los amantes del género.
Alphas, 2011
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