No es tarea fácil ni agradecida, y menos aún cuando sólo en Estados Unidos se estrenan cerca de 500 series al año, pero nos hemos atrevido con las series revelación de 2016. Y, como bien decía Groucho, si no os gustan, tenemos otras, muchas otras.
10. Better Things
La clave del éxito de la narrativa de Better Things reside en contar una historia sobre algo tan universal como las relaciones familiares a través de un caso de tú a tú, con la historia de Sam y sus relaciones maternofiliales. A la guisa de Louie, Pamela Adlon nos trae a este divertido alter ego para hablar del peso de la rutina y las crisis de identidad y edad propias de la adultez. Bajo todo ello, reside una crítica al sexismo de Hollywood confeccionada con muy inteligentes dosis de humor sarcástico y cotidiano.
9. The OA
Una de las últimas sorpresas del año. La enigmática serie de Netflix es indescriptible; intentarlo siquiera es éxito seguro de incurrir en spoiler; dar una pista sería chafarla por completo. Su trama te sumerge en un estado de desconfianza absoluta de principio a final, construyendo un ejercicio de suspense provocativo y consumidor, finalista absoluto a los mejores maratones de series del año. Netflix sabe lo que nos gusta, y a veces, tiene a bien dárnoslo.
8. Sweet/Vicious
En caso de que alguien no se sienta identificado con los jóvenes de las series que triunfan hoy en día, con vidas perfectas o demasiado catastróficas, llega Sweet/Vicious retratando a dos veinteañeras muy reales en un contexto tristemente muy actual. Son dos chicas muy distintas y con vidas opuestas que se verán unidas por el objetivo común de castigar a violadores, bullies y líderes de fraternidad en un campus con una elevada tasa de agresiones semanales que, lejos de parecer exageradas, destacan por ser abiertamente reconocidas por víctimas, acosadores, policía y sociedad. Por fin una serie realista sobre justicieros.
7. BrainDead
Sólo por sus previouslies (y sus momentos musicales, en general) BrainDead ya se merece un puesto en esta lista. La arriesgada y sorprendente apuesta de la CBS llegó en el momento y lugar acertado, esto es, en plena batalla electoral norteamericana, y siempre la recordaremos como la más redonda sátira del sistema político y la absurdez en la que se ha terminado convirtiendo la escena gubernamental norteamericana.
6. Search Party
Es difícil que no te suenen algunas situaciones de Search Party sobre los millenials. Con unos acomodados neoyorkinos de fondo a los que ya hemos visto antes, la serie comienza como una búsqueda un tanto irreverente, pero en seguida sorprende para mostrársenos como un retrato no tan ajeno: de nuestra exposición continua pese a no saber ni qué mostramos; del estar perdido pero no tener más remedio que aguantarte el berrinche y aparentar lo contrario; del hastío que nunca se cura al tenerlo todo y no conformarse con nada, y de la paradójica tenacidad que nace precisamente al contraatacar todo lo anterior.
5. Dirk Gently
A veces a la segunda va la vencida. Allá por el 2014 (que parece cerca, pero ha habido, literalmente, unas mil series nuevas de por medio), la BBC Four ya preparó una miniserie de la novela homónima de Douglas Adams que ni gustó ni cuajó, pero serviría de caldo de cultivo para esta pequeña locura de intriga holística en la que, aunque no lo parezca, todo encaja dentro de su peculiar lógica interna, y cuyos personajes esconden un potencial mucho mayor del que pudiera parecer a primera vista, con sus rarezas y desvergüenzas por banda y sin complejos.
4. Fleabag
Fleabag es un trabajo en progreso, una persona con el cartelito de "en construcción", siempre dispuesta a seguir enfrentándose a los dramas diarios que le arroje la vida y las miserias propias de su generación. Contado a través del prisma de un humor agudo e incluso difícil para los que la rodean, se descubre una vulnerabilidad cruda y sincera, y un discurso feminista coherente. Imposible no sentirse identificado con los altibajos de navegar la incertidumbre de la edad adulta, y sufrir y reír con la protagonista en la misma medida.
3. The Girlfriend Experience
A Christine la observamos, con sus miradas a otro mundo y sus silencios dolorosamente cotidianos, durante la friolera de casi 13 horas, y aún la habríamos observado mucho más de haber podido. La actuación de Riley Keough nos hipnotizó y sumergió en una estasis de la que costaba despedirse, en la que pasaba todo y nada, y se era infeliz e indiferente al mismo tiempo. Lo cierto es que tan fascinante como la doble vida de Christine era lo indescifrable de su carácter, ajeno y virulento como ella sola.
2. Stranger Things
Fue el boom del verano, esa serie que hasta tu padre te decía que tenías que ver y a cuyos actores has acabado teniendo hasta en la sopa. Una de esas series a las que, si me apuráis, el hype les ha hecho más daño que bien, pues casi habría tenido más gracia tenerla, si acaso, como una serie antológica. En cualquier caso, con su collage de referencias cinéfilas y realidades paralelas, Stranger Things es como reencontrarse con una vieja amiga, atemporal e icónica. Nostalgia de una pop culture que nunca nos ha dejado, pero que gusta actualizar y reinventar de cuando en cuando.
1. This is Us
Su cercanía nos enamoró sin apenas darnos cuenta. conmoviéndonos como si de la historia de nuestra propia familia se tratase. Su infalible capacidad para emocionarnos demuestra que las historias más universales se encuentran en lo más sencillo: unos personajes con los que empatizamos, sufrimos y reímos, siempre ansiosos por ver lo que el siguiente capítulo les depara. This is Us se ha hecho un huequito inamovible en nuestra agenda seriéfila, y su reparto es una de las grandes revelaciones de la temporada.
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