Cuando anunciaron el desarrollo de Queen Charlotte: A Bridgerton Story éramos de lo más escépticos. No dudábamos del éxito de la miniserie, pero la necesidad de abordar esta historia solo parecía una excusa para rellenar el calendario y consolarnos mientras esperamos la historia de Penelope y Colin en la tercera temporada de Bridgerton.
Animados por la opinión general sobre la serie, decidimos darle una oportunidad. Y sí, la historia funciona a la perfección. Eso sí, no encontramos esa diferencia en el tono que hemos podido leer online. Shondaland le ha pillado el truco al universo 'Bridgerton' y Queen Charlotte es una versión reducida de la serie original.
Con solo seis episodios, nos evitan el posible relleno. Empezamos con el que suele ser el final de las historias de amor: la boda. Y nos pasamos 6 entregas viendo como Charlotte y George III se enamoran el uno del otro. Pero no es para nada sencillo. George III sufre una enfermedad mental que le vuelve impredecible. Hoy en día sabemos que esa inestabilidad mental se debía a otra enfermedad, la porfiria, pero en aquella época, no había tratamientos y mucho menos se entendía. De hecho, George III es y siempre ha sido "El Rey Loco".
Con la ayuda de Julia Quinn, Shonda crea esta historia que también cuenta con novela coescrita por ambas y que viene a justificar algunas decisiones "polémicas" en la serie principal. La miniserie explica por ejemplo por qué tenemos personas racializadas en la corte. Un "experimento" catalizado por la llegada de Charlotte a la corte. Para disimular la oscura piel de la nueva reina (la versión ficticia), la madre del rey George III, la Princesa Augusta interpretada por Michelle Fairley (Game of Thrones), nombra Señores a muchos hombres de color. Y es así como entre otros, Lady Danbury se gana el título.
No solo el viaje al pasado de los personajes de Charlotte, Lady Danbury y Violet Bridgerton justifica la serie. En el presente, vemos como se continúa la historia donde lo dejaba la segunda temporada de los Bridgerton. Con Eloise y Penelope enfadadas (solo mencionadas por Violet), con la Reina buscando herederos porque sus 15 hijos no tienen descendencia legítima o con Violet valorando la posibilidad de que otro jardinero trabaje en su jardín (guiño, guiño).
La emocionante historia de amor entre Charlotte y George solo se ve eclipsada en algunos momentos por Brimsley, el fiel ayudante de la reina. El joven Brimsley vive un romance prohibido homosexual con Reynolds, el hombre de confianza del Rey. Juntos viven un amor clandestino. Condenados a no poder amarse en público. A no poder compartir la vida juntos. Un amor que dejan en el aire en el presente y cuya explicación estamos esperando.
La miniserie spin-off de los Bridgerton viene a demostrar que Netflix ha encontrado una nueva gallina de los huevos de oro de la mano del universo de Julia Quinn y de Shondaland. Una breve historia que consigue emocionar con una de las historias de amor más puro de la potencial franquicia. Un rincón de Londres que nos ayuda a comprender mejor el contexto en el que nos movemos con la serie original y que deja a los personajes más senior su merecido tiempo para brillar. Más de 300 millones de horas vistas en sus dos primeras semanas. Un auténtico éxito, mayor aún si tenemos en cuenta que los 6 episodios que conforman la temporada no llegan a los 400 minutos de duración.
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