La segunda temporada y última de este proyecto menor de la franquicia The Walking Dead arranca con la promesa de ofrecernos información sobre Rick y Jadis aka Anne, al menos sobre esta última que ha sido confirmada como personaje en una de las promos. Hace unos siete años que el helicóptero de la CRM se los llevó de la serie principal, y necesitamos respuestas. Si somos sinceros, poco nos importa en comparación lo que les pase a Iris, Hope y compañía, pero vamos a intentar disfrutar con lo que nos ofrezcan.
El cold opening del episodio nos muestra algo que ya sabíamos. Vemos como Elizabeth manda destruir no solo el Campus Colony, sino también la ciudad de Omaha. La justificación al ataque sigue siendo un misterio, sobre todo viniendo de una mujer que dice que la vida es un regalo y que vive pensando en el futuro. Quizás las cuentas de la Civic Republic no garanticen la supervivencia de mucha gente, y deshacerse de las 100.000 personas que vivían en Omaha sea una forma de reducir la cuota, pero sigue lleno de contradicciones que esperamos que resuelvan con cierta lógica.
La historia esta temporada se apoya una vez más en las dos hermanas. Con cada una liderando una trama y localización diferentes, pueden darle a la serie el ritmo que le faltaba en la primera entrega. Repartir el foco puede ayudarles a brillar por separado y a no sobrecargar a los personajes al mismo tiempo.
A Hope le toca pasar una última prueba antes de volver a ver a su padre. Debe elegir unirse a la Civic Republic voluntariamente, ya que es la única forma de garantizar que tenga la cabeza donde debe tenerla. Hope acaba cediendo tras una contusión y múltiples alucinaciones, pero lo que resulta más interesante viene por parte de Huck y su madre.
La misión de llevar a Hope hasta la Civic Republic es idea de Huck, había sido enviada a Omaha para demostrar que estaba comprometida con la causa después de haber sido cuestionada por algunos miembros. Su madre parece querer que su hija tenga éxito por el que dirán, pero suponemos que también porque no querrá prescindir de ella. Creo que podemos asegurar sin temor a equivocarnos que Huck terminará traicionando a su madre, o al menos a las ideas que esta defiende, pero su personaje resulta tan tremendamente plano que cuesta mucho conectar con él.
El arco narrativo de Iris sigue versando sobre su viaje hacia la madurez, rompiendo poco a poco con todo trazo de inocencia y docilidad que la caracterizaba. La primera temporada ya la ayudó a ver con otros ojos a la Civic Republic, pero descubrir que su casa ha sido arrasada no es información fácil de procesar para la niña. Sobre todo escuchando las historias de lo sucedido. Hasta sus sueños le gritan que detrás de la amenaza de los emptys hay otro peor todavía: la CRM.
Desde su nueva casa, el Perímetro de Endira, una comunidad pequeña que ha dado asilo a Will, rompe del todo con su versión infantil al matar a uno de los guardas de la CRM. Iris comprende que, si quiere sobrevivir, deberá ser implacable. Esta nueva comunidad es un completo misterio. Está situada muy cerca de la Civic Republic pero ¿son libres? Quizás cuenten con algún tratado de neutralidad. Serán Suiza.
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