Disney+ sigue avanzando en la Fase 4 del Marvel Cinematic Universe (MCU) y lo hace con The Falcon and the Winter Soldier, su segunda miniserie, que llega con la presión de mantener el nivel y la repercusión conseguida por Wandavision. Esta serie, que sigue las peripecias de los dos mejores amigos del Capitán América, estaba programada para ser el primero de los estrenos de Marvel en la plataforma, pero la pandemia hizo que se retrasase el rodaje y tuvo que ceder esa posición en la “parrilla”.
Con The Falcon and the Winter Soldier, Marvel nos presenta un producto más conservador, más cercano a lo que hemos podido ver en las películas. Así que si venís con la inercia de debatir teorías locas como en Wandavision quizá os decepcione, pues la serie sigue patrones que ya vimos en el cine como en películas como Captain America: The Winter Soldier. De momento solo hay un episodio disponible y parece que Marvel ha querido apostar por lo seguro: la acción. La primera secuencia es una absoluta maravilla, con la calidad suficiente como para ser vista en la pantalla de un cine.
Por ahora, ha sido Falcon (Anthony Mackie) el que nos ha podido hacer vibrar con sus vuelos de infarto, aunque en este arranque es precisamente su trama la que más flojea. El regreso de los desaparecidos después del chasquido ha hecho que el mundo esté saturado y su familia tiene grandes problemas económicos. La visita al banco y unas insinuaciones forzadas de racismo son lo destacable. Creemos que hay margen de mejora, sobre todo porque si son listos podrían usar la baza del racismo cuando llegue el momento de decidir si puede ser o no un buen sustituto para el Capitán América de Chris Evans.
Bucky (Sebastian Stan) es el que tiene por delante un camino más complicado y su trama nos trae al MCU un tema de conversación muy necesario: la salud mental. El Soldado de Inverno está en plena terapia para conseguir cerrar los traumas de un pasado que asusta a cualquiera después de haber sido secuestrado por HYDRA, convertido en una máquina de matar sin sentimientos, desaparecer de la tierra en el chasquido y regresar a un presente en el que su única gran relación ha desaparecido por la decisión de Steve de quedarse en el pasado con Peggy Carter. Está solo y roto y verle lidiar con ello es tan necesario para él como para nosotros que hasta ahora no habíamos podido profundizar en su cabeza.
De momento, no hemos visto a Sharon Carter (Emily VanCamp) exmiembro de SHIELD y de la CIA, personaje que lleva escondido por el mundo desde Capitán América: Civil War, momento en el que decidió robar el escudo y las alas de Steve y Falcon saltándose todos los protocolos de la CIA. Todavía tampoco hemos visto a Zemo (Daniel Brühl), el gran villano de la miniserie, cuyo conflicto principal se une al Soldado de Invierno como ya vimos en Civil War. Al que sí hemos visto es a John Walker (Wyatt Russell), que se ha convertido en el primer personaje odiado por los viscerales fans del MCU.
En el fondo, este primer episodio nos deja un poco fríos. Es un piloto de libro en el que intentan presentarnos el conflicto de ambos personajes y un brochazo del conflicto general de la historia con un primer vistazo a los Flag-Smashers, una especie de grupo terrorista que creen que vivían mejor cuando había desparecido medio mundo y ahora les sobra gente. Eso sí, el MCU ya tiene suficientes éxitos a sus espaldas como para que estamos convencidos de que acabaremos al borde del sillón semana a semana. Simplemente, no ha sido el caso de esta primera entrega.
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