Una semana más el surrealismo y el mamarrachismo se apoderan de Riverdale rescatando tramas que parecían totalmente abandonadas. La trama de las cosquillas ha vuelto en el episodio de esta trama y ha revelado más de lo que esperábamos.
Nuestra querida Betty se debate entre los dos grandes de su vida: el misterioso e incomprendido Jughead o Archie, el vecino perfecto con abdominales esculpidos por los dioses. Y es que parece que aquel beso en el garaje aún se mantiene en la mente de Betty, haciéndole dudar de su relación con Jughead. Mientras que Betty relee los diarios de su infancia donde ya mostraba sentimientos por Archie, el pelirrojo decide componerle una canción de amor. Antes de que todo vaya a más, Betty decide parar lo que está sucediendo, ya que gracias a una conversación con Cheryl se da cuenta de que ama a Jughead.
Mientras Archie tontea con Betty, Veronica sigue luchando por el negocio del ron. Esta vez se enfrenta a la familia Malloy, que lleva generaciones vendiendo su alcohol a los universitarios. Veronica, pensando que son matones de su padre, les ignora hasta que al día siguiente destrozan el Maple Club. Papá Lodge decide vengarse de estos nuevos rivales y tras un primer enfrentamiento sale malherido, pero la ira no le deja ver más allá y en un segundo enfrentamiento asesina de dos tiros al patriarca de la familia Malloy.
Jughead, ajeno a toda la tensión sexual entre Betty y Archie, sigue investigando las famosas cintas de vídeo con la ayuda de su hermanastro Charles. La pistas dirigen a Ethel, que termina confesando que hay una zona en el videoclub con películas bastante turbias donde encontró la cinta sexual de Betty y Jughead. Charles y Jughead descubren que el videoclub tiene películas de contenido sexual y de contenido snuff, como la cinta del asesinato de Jason Blossom.
Y por si todo esto fuera poco, las cosquillas han vuelto a Riverdale. Kevin ficha a Reggie para que realice vídeos pero este, tras ver lo fácil que se consigue dinero, convence a Kevin para montar su propio negocio. Para ello fichan a todos los jugadores de rugby y animadoras del instituto. Mr. Honey descubre lo sucedido y les obliga a borrar todo el contenido por utilizar los uniformes del instituto.
Al final del episodio, descubrimos que Mr. Honey es un cliente habitual del videoclub y de sus cintas más extravagantes. ¿Estará Mr. Honey detrás de las cintas que están atemorizando a todo Riverdale?
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