Riverdale se ha puesto las pilas en el episodio final de mitad de temporada y por eso hemos tenido un episodio formado con escenas con la misma duración que un Tik Tok. El episodio de esta semana nos ha dado abuelas latinas, abuelos desaparecidos que aparecen y vuelven a desaparecer, Tito Andrews apareciendo de la nada, activaciones de máquinas de matar y mucho matacucarachas.
Nada más comenzar el episodio, Jughead resulta ganador del contrato para escribir las nuevas aventuras de los hermanos Baxter, si llego a parpadear me pierdo la escena. Pero al joven Jones le preocupa la verdad sobre la historia y sobre si su abuelo estaría a favor de lo sucedido. Con ayuda de su hermanastro Charles, Jughead descubre que su abuelo vive en el bosque. Allí mantiene una conversación con él y la verdad sale a relucir: él escribió la primera historia de los hermanos, pero se la vendió a Dupont por 5.000 dólares. Jughead le cuenta lo sucedido a su padre y cuando vuelve en busca de su abuelo este ha desaparecido.
En Riverdale, las cosas se siguen animando poco a poco. En primer lugar, Veronica sigue una lucha sin sentido con su padre para ver quién la tiene más larga. La joven Luna, anteriormente conocida como la joven Lodge, decide llamar a su abuelita para que le enseñe a fabricar ron, esta es una buena forma de pasar tiempo con los mayores. Cuando Papá Lodge se entera, decide llamar a la reclutadora de Columbia para hundir la candidatura de su hija a la universidad. Veronica es lo bastante inteligente para aprovechar la desventaja y asombrar a la reclutadora.
En segundo lugar, Betty y su familia descubre que Polly atacó a una de sus enfermeras de una forma muy sospechosa. A la joven Cooper esto le parece raro y cuando visita a su hermana descubre que Polly no recuerda absolutamente nada. De vuelta en casa, Betty le cuenta a su madre lo sucedido. Una llamada interrumpe la conversación y nada más colgar, Mamá Cooper se abalanza sobre su hija con un cuchillo para matarla. Betty, que es detective junior y se ha hecho cursos, llega a la clara conclusión de que su madre ha sido hipnotizada vía telefónica por lo que da un chasquido y… ta-da! Mamá Cooper vuelve a ser la misma de siempre. Con la ayuda de Charles descubre que las llamadas las realizó Evelyn desde la cárcel. Una vez en la cárcel, Betty descubre que fueron hipnotizadas para que mataran a la Betty mala, es decir, la Betty de verdad. Y la trama de Betty se convierte en un descenso por su psique para rescatarse a su yo de ocho años antes de que matara a su gato.
En tercer lugar, Archie sigue su cruzada personal para limpiar Riverdale de la familia de Dodger. Junto con Papá Jones se enfrenta a ellos y consiguen expulsarles de Riverdale, eso sí, Papá Jones se lleva un balazo, bueno, no un balazo... el roce de una bala. Cuando Archie vuelve a su centro comunitario, recibe la visita de su tío y por la cara que pone podemos deducir que no sabía de su existencia. Como veis, la trama de Archie se ha vuelto tan básica como él.
Por último, Cheryl está dispuesta a eliminar los fantasmas de su casa y para ello reúne a sus hermanos, abre unas botellas de matacucarachas y espera a que hagan efecto. De repente, su madre aparece de detrás de las paredes y la joven Blossom la pilla con las manos en la masa. Tras un juicio familiar, Cheryl condena a su madre al bunker del bosque donde quedará aislada por un buen tiempo. La pelirroja decide que es hora de despedirse de Jason y junto con Toni y el resto del grupo le organiza un funeral al estilo vikingo en el rio Sweetwater.
Al final del episodio, Jughead es iniciado en la orden secreta de Pluma y calavera donde están sus compañeros del club de escritores. Un flasforward nos muestra a Jughead muerto, Veronica mirando, Archie tomándole el pulso y Betty sosteniendo la piedra con la que ha matado a su novio.
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