The Walking Dead ha vuelto del parón con ganas de narrar. Parece haberse cansado de los saltos temporales de esta temporada y ha decidido asentarse y contarnos una historia completa. Como las de antes. Una vez hemos establecido al nuevo villano -entendido hasta este momento como un grupo de humanos disfrazados de caminantes- no hay excusas que valgan. Los susurradores están aquí, ya nos han arrebatado a Jesus y las víctimas, si nos fiamos por los cómics, serán muchas y muy variadas. Una de ellas puede ser Michonne, que ha anunciado que dejará la serie en la décima temporada. Aunque los rumores de que puede unirse a Rick en las tv movies están en el aire.
Lo primero que deben hacer los supervivientes después del enfrentamiento en el cementerio -que se convirtió en uno de nuestros momentos del año en nuestras listas- es volver a casa. Hilltop les espera, y Michonne, Daryl, Eugene, Yumiko y Magna traen consigo malas noticias. Una terrible novedad que nos deja, como es lógico, a Tara como líder de la colonia. Bien por ella, que tendrá que defender una trama importante por primera vez en años, y muy mal por Michonne, que le pide a Daryl que la ayude, como si la expolicía no hubiese probado ya que puede sobrevivir y tomar decisiones como la que más.
El regreso a casa no es para nada pacífico. Por el camino, acaban "secuestrando" a Lidya, que se convierte en rehén del nuevo gobierno de Tara. Este nuevo personaje es uno de las novedades que presenta esta segunda mitad, y es la hija de Alpha, principal villana de este nuevo arco narrativo. Teniendo en cuenta que esto es The Walking Dead y que el episodio termina con los nuevos villanos haciéndose con Alden y Luke, parece que habrá intercambio y presentación oficial de los dos frentes. Curioso que hayan decidido poner a dos personajes bastante irrelevantes hasta ahora como parte de la más que posible negociación. Han tenido que decantarse por dos caras porque una sólo iba a resultar bastante desigual y porque es la manera de que las nuevas adquisiciones del grupo de los héroes se integren de lleno.
En otro escenario completamente diferente, están los nuevos problemas del corazón. Angela Kang ha decidido darle su personal giro a uno de los triángulos amorosos más célebres de la tira cómica. Angela ha decidido regalarle a Rosita su propio cuadrado amoroso. Sí, como lo oís. La señorita Espinosa ya había protagonizado un triangulo en su momento con Abraham y con Sasha, pero ahora le toca a ella eso de romper corazones. Tres, para ser exactos.
El elemento novedoso que aporta la serie en este lío es la inclusión de Gabriel en la ecuación. El sacerdote ha empezado recientemente una relación con Rosita. Eugene está loquito por ella desde hace mucho. Probablemente nos pudiésemos remontar a sus inicios en la serie. Y Siddiq parece haber sido el amigo con derecho de Rosita durante algún periodo indeterminado. por eso de que "habían estado pasándoselo bien". Por si todos estos elementos no fuesen suficientes, falta un ingrediente para cerrar la trama de la Reina de las Telenovelas. Rosita está embarazada y se supone que el padre es Siddiq. A saber cómo desarrollan esta historia, encajar cuatro piezas tan distintas puede ser demasiado complejo. Sobre todo por el añadido con calzador del padre Gabriel.
La midseason finale nos había dejado a Negan huyendo gracias a la torpeza de Gabriel. El exlíder de los Saviors ha desarrollado una relación especial con Judith, y probablemente sea la pequeña quien consiga que se quede en Alexandria como un miembro más.
Su aventura le ha llevado al Santuario, donde ha visto las ruinas de lo que en un momento fue símbolo de sus dominios. Sus compañeros están muertos o se han reformado. Y si decide volver le esperará la celda, salvo que demuestre ser un miembro válido. Judith le ha advertido. Y le ha terminado disparando como aviso. La dinámica de estos dos va ser interesante, sobre todo porque es el claro ejemplo de que todo el mundo se merece una segunda oportunidad, y más si los ojos que te ven son absolutamente inocentes.
Su aventura le ha llevado al Santuario, donde ha visto las ruinas de lo que en un momento fue símbolo de sus dominios. Sus compañeros están muertos o se han reformado. Y si decide volver le esperará la celda, salvo que demuestre ser un miembro válido. Judith le ha advertido. Y le ha terminado disparando como aviso. La dinámica de estos dos va ser interesante, sobre todo porque es el claro ejemplo de que todo el mundo se merece una segunda oportunidad, y más si los ojos que te ven son absolutamente inocentes.
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