La serie adolescente de Marvel que emite Hulu en Estados Unidos parece haberse propuesto romper con ciertos prejuicios y normas arcaicas en cuanto al rol de la mujer en el cine y las series de superhéroes. Si echamos la vista atrás al resto de producciones de los cómics de Stan Lee, podemos ver una cierta tendencia clara hacia el liderazgo masculino. Los Vengadores originales son cuatro maromos, Mr. Fantástico es la cabeza de Los 4 Fantásticos, Lobezno se roba las miradas y, aunque Phoenix -una mujer- es el mutante más poderoso, no supera el rol de secundaria en los X-Men.
Podemos relacionar sin ningún temor la fecha de creación de estos personajes y estas historias a la imagen que proporcionan de hombres y mujeres. El cómic en el que se basa la serie vio la luz en 2003 y su modernidad se nota en el tratamiento de conflictos de temática feminista y LGTBQ con total naturalidad. Quizás producciones como The Handmaid's Tale hayan convertido a Hulu en un lugar donde poder dar voz y mando a personajes femeninos que en otras épocas o en otras cadenas no podrían ni soñarlo. Te miramos a ti, CBS.
La segunda temporada de Runaways confirma lo que ya habíamos intuido durante la primera tanda. Tanto en el bando de los adolescentes como en el de los padres son ellas las que dominan la acción, son ellas las más poderosas y son ellas las que toman las decisiones difíciles ante la incapacidad de sus compañeros masculinos. No creo que sea casualidad que el único de los seis jóvenes que no tiene "habilidades" sea hombre.
Nico toma la batuta del grupo en términos de lucha. La bruja es la más poderosas de los Runaways y toma sin miedo el papel que le pertenece. Durante los trece episodios de los que cuenta la temporada, Nico debe enfrentarse a una madre poseída, a los fantasmas de un pasado en el que el padre de su novia mató a su hermana y una relación con Karolina cuyo tratamiento es ejemplar. Nadie, absolutamente nadie, cuestiona o da importancia al hecho de que sean mujeres. Nico y Carolina son dos chicas lesbianas, que se quieren, que luchan por mantener a flote su relación sin hacer girar su trama sobre su sexualidad. Como si no tuviesen más cosas que hacer que dejar que su orientación sexual defina sus caminos y su trama.
Otro personaje que toma el control de sus habilidades y su vida es Molly. La pequeña del grupo ha conseguido dejar la niñez a un lado para hacerse valer en un grupo en el que todos parecen querer tener la razón. La niña con superfuerza ha dejado paso a una mujer -tras su quinceañera- y no ha dudado en ningún momento en lanzar el primer golpe para ayudar a sus amigos. Le han permitido lucirse en varios episodios en los que ella es la protagonista de la trama y ha podido demostrar por qué es tan válida como el resto, a pesar de que, como es lógico, su juventud le pase factura a veces en la toma de decisiones.
El personaje femenino que quizás haya perdido fuerza esta temporada ha sido Gert, y es una pena. La defensora de los derechos de las mujeres y de todo ser desfavorecido ha quedado un tanto rezagada y un poco desdibujada por unir su trama estrechamente a sus problemas de pareja con Chase. La desconfianza y las idas y venidas entre ambos han puesto de manifiesto una relación de dependencia que no parece ser de todo sana. Gert es mucho más que la novia que se queja de su novio y aunque su poder sea bastante limitado, al basarse exclusivamente en controlar a un dinosaurio, podría ofrecernos mucho más.
Pero no sólo los Runaways han sabido destacar y avanzar esta temporada. Dos de sus progenitores han protagonizado un desarrollo interesante en dos direcciones muy opuestas. Y sí, son dos mujeres. En primera lugar, Stacey, la madre de Gert y Molly, se ha destapado como una villana a tener en cuenta. Cierto es que forma parte de los cuatro personajes poseídos por los alienígenas, pero nos permite ver un registro en ella interesante.
Pero es Janet, la madre de Chase, la que destaca en el grupo de padres esta temporada. Nos habían vendido la temporada pasada a una mujer débil, la persona que más dudas tenía sobre las acciones de Pride y como un personaje al que dominaba el resto. Esta temporada ha demostrado que es inteligente, que tiene recursos, y ha sido un personaje determinante en la lucha contra Jonah.
La serie ha sido renovada por un tercera temporada, una nueva tanda en la que el villano sigue siendo el mismo, con lavado de cara, y esto puede pasar factura. Está más que claro que están alargando mucho el contenido de la trama. Si conocéis cómo termina este primer arco en el cómic, sabéis que hay mucha gente viviendo tiempo añadido y que podría caer en cualquier momento. Este ritmo pausado llega a cansar a lo largo de trece episodios de una hora cada uno. No les vendría mal aligerar y acelerar el ritmo en su próxima entrega.
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