Parece mentira que haya pasado sólo un año desde la última vez que nos reunimos para criticar lo peor del año. Es increíble la cantidad de cosas buenas y malas que nos puede dar la tele en solo 365 días. El 2018 ha estado bastante completo con lo segundo, y muchas series tendrán que dar las gracias de que tan solo tengamos diez puestos con los que jugar.
Series que comienzan, miniseries, reboots, temporadas de series que se alargan en exceso... cualquier intento seriéfilo del último año tiene cabida en este repaso, y así ha quedado la lista de las peores series del año:
10. I Feel Bad
Las intenciones de I Fell Bad eran buenas. Por fin nos permiten ver a una madre de familia exigir un poco de tiempo para ella y para poder mantener sus aficiones previas a la maternidad. La serie nos presenta a Emet Kamala-Sweetzer, esposa y madre de tres hijos que trabaja en una compañía de videojuegos y que necesita desesperadamente sentirse viva, sentirse activa. Su marido, aunque muy majo, se beneficia de de los placeres de la vida que le son otorgados por el simple hecho de ser hombre. Por ejemplo, la sociedad ve que si los dos trabajan fuera, parece que él es el único que necesita desconectar porque "se lo merece".
El humor no ha cuajado. Y es que, aunque tienen ideas buenas, la forma en la que las ejecutan es demasiado ligera incluso para una sitcom familiar. Como en el fondo nos a ternurilla, la dejamos en una discreta décima posición.
9. Charmed
Charmed no es una gran serie, ella lo sabe y no nos pide demasiado. Nosotros tampoco deberíamos exigirles en exceso. Su principal problema han sido las comparaciones, y aunque las Charmed originales tampoco brillaban por su calidad, sí se convirtieron en una serie icónica, como lo pudo la Sabrina que veíamos en Antena 3.
Quizás, en esta época en la que funciona mejor reciclar series del pasado para continuar tramas, como ha sido el caso de Will & Grace o Arrested Development, pretender reiniciar universos que la gente adoraba y conseguir los mismos resultados hace que pinchen en el intento. La serie se deja ver y puede que haya algunos minutos por episodio en los que se permite al espectador conectar con la trama pero en rasgos generales, el poder de tres de las hermanas Vera es insuficiente para dejarlas fuera de la lista de lo peor de año.
8. House of Cards
La sexta temporada de House of Cards ha sido una decepción para los fans. La última temporada de la serie ha sido simple, plana y casi se carga al personaje de Claire por culpa de un guion que deja mucho que desear. La presidenta no puede hacer otra cosa que remar para mantener a flote un barco que está en las últimas.
Robin Wright cumple de nuevo con una interpretación que está a la altura, pero simplemente todo lo que la rodea no deja que la historia resulte tan eficaz como las anteriores temporadas. Quizás deberían haberla cancelado después del escándalo de Kevin Spacey pero también valoramos el intentar cerrarla demostrando que no era imprescindible. El guion y el desarrollo de esta sexta entrega parece diferir y la sensación con la que nos quedamos es de decepción. Sintiéndolo mucho, este año se gana un hueco entre lo peor del año.
7. Disenchantment
Desencanto narra las fantásticas aventuras de Bean, una princesa alcohólica que detesta su vida, y sus dos amigos, un demonio y un elfo. Esta serie, que se ha apoyado intencionadamente en su creador (Matt Groening) y en Los Simpson, se queda corta por todos lados. Ni es tan adulta como nos querían hacer creer (incluida su clasificación para +13) ni es tan trasgresora y sinvergüenza como la han vendido.
Esta apuesta de Netflix, que incluso está renovada por varias temporadas, se queda muy lejos de lo que pretende. Si a alguno os gustan los episodios especiales medievales de los Simpsons, esta es vuestra serie. Y puede que ni así consiga conquistaros. A nosotros nos ha dejado fríos y le hemos hecho un hueco entre lo peor que hemos visto este año.
6. 13 Reasons Why
El problema que tiene la segunda temporada de 13 Reasons Why es que no debería existir. La historia de Hannah Baker nos había conducido por trece cintas que recordaban a sus compañeros de clase, amigos y enemigos los motivos por los que, a su juicio, había decidido quitarse la vida. El repetir esas mismas historias en un juicio mientras el espíritu de Hannah incordia al pobre Clay para poder mantener a Katherine Langford en plantilla se ha hecho un suplicio. Que como crítica a una sociedad en la que se premia a los poderosos y se castiga a las víctimas está muy bien, pero trece episodios dando vueltas a la misa historia nos hace olvidarnos un poco de por qué la quisimos en primer lugar.
Para colmo, terminan esta tanda de la manera más gratuita e innecesaria posible. El momento escoba y el casi tiroteo que nos conduce inexplicablemente hacia una tercera temporada.
5. Champions
Champions es uno de los pocos intentos fallidos que ha tenido la estupenda Mindy Kalling. Y eso es sorprenderte porque estamos acostumbrados a que nos regale maravillas. Vince es el protagonista de la serie, un hombre soltero que descubre que tiene un hijo gay adolescente y debe hacerse cargo de él para que pueda cumplir su sueño en Broadway
El argumento de señor conoce a hijo secreto es supernovedoso. Ronda la originalidad de los dramas médicos, de las vueltas de tuerca que tuvieron vampiros y hombres lobo durante la fiebre Crepúsculo y de todos esos dramas de la CBS en la que hombres blancos resuelven cosas.
El joven Michael intenta salvar la serie pero nadie le ayuda. En nosotros tampoco encuentran una mano amiga y los condenamos a la lista de lo peor del año.
4. Virtual Hero
Virtual Hero no está más arriba en la lista porque las expectativas tampoco eran muchas. Está claro que es una serie hecha para los fans del youtuber, algo parecido a lo que hicieron en Netflix con Haters Back Off. La serie en sí se centra en el propio Rubius convertido al anime japonés y en el que interpreta a El Rubius, uno de los youtubers más populares del mundo. Que no lo digo yo, que lo dice la propia serie.
El argumento parece beber directamente de argumento de Spy Kids 3D, el héroe de la serie debe jugar a un videojuego en línea para tratar de rescatar al resto de Gamers atrapados en el universo virtual. Entre que el argumento es flojo, el uso de OMG y Holy Shits (que imaginamos son un recurso habitual en su canal) y que utilizan pedos voladores con caritas sonrientes al ser liberados nos deja ver que el humor no es que sea su fuerte. Si no eres del target de su canal de YouTube probablemente esta serie te produzca lo mismo que a nosotros. Aburrimiento.
3. Krypton
Se puede decir que Krypton es la Inhumans de 2018 pero sin el hype que la peor serie de 2017 había cosechado. No todo superhéroe necesita su adaptación. Ni en tele ni en cine. Algunos son necesarios como secundarios. Algunos sirven como cameos. Pero, sobre todo, y que quede claro, muchos no merecen su producción en solitario. Si eso ocurre, ¿qué nos hace pensar que el abuelo de Superman es merecedor de una serie que mezcla mundos, viajes en el tiempo y romances simplones?
¿Qué va a aportar esta sociedad a la historia original? ¿Qué puede aportar ver al abuelo de Superman en su juventud tratando de salvar el mundo si ya sabemos que lo hizo porque sin él no habría señor con capa roja?
¿Qué va a aportar esta sociedad a la historia original? ¿Qué puede aportar ver al abuelo de Superman en su juventud tratando de salvar el mundo si ya sabemos que lo hizo porque sin él no habría señor con capa roja?
2. El Continental
¿Os acordáis cuando las Supernenas querían ser cuatro y decidieron meter todos los ingredientes con los que el profesor las había creado y acabaron teniendo una Supernena deforme? Pues El Continental es esa Supernena amorfa convertida en serie. Mezclan romance, con gangsters, con violencia a cascoporro y el ingrediente X más conocido de la televisión patria: humor con calzador.
Así surge el intento español de hacerse unos Peaky Blinders. El problema es querer abarcar tanto y sobre todo apoyarse en lo que no la hace especial. La historia entre la chica buena y el malote está muy vista. Sino que se lo pregunten a Michelle Jenner que ha basado media carrera en precisamente eso. ¿Adónde querían que mirásemos? ¿A los amantes de Teruel, a la mafia o a Secun de La Rosa como maestro del disfraz haciéndose pasar por italiano? La crítica la dejó moribunda y la audiencia terminó por enviar a esta producción de 600.000 euros por episodio al Late Night. Nosotros le otorgamos una plata, que tampoco esta nada mal.
1. Insatiable
Insatiable ha hecho más ruido por toda la polémica que la ha bañado desde su estreno que por la calidad de su historia. La serie ha sido acusada de gordofobia por la manera en la que utiliza el físico de la protagonista. Si la serie pretende que la tomemos en serio, no lo consigue; y si pretende ser una parodia que precisamente quiera acabar con los estereotipos y los cánones de belleza idealizados, falla estrepitosamente.
Encima, la trama gira en torno a la venganza de la protagonista, alimentando el falso estereotipo de que las mujeres se odian entre ellas y buscan desesperadamente la manera perfecta para hundirse las unas a las otras. Si la guerra femenina ya era suficientemente desacertada, que lo justifiquen por el hecho de haberlo pasado mal por su peso, es de muy mal gusto.
¿La guinda del pastel? Meter con calzador una trama LGTBIQ+ para que no se les pueda achacar que no han intentado ser modernos. A nosotros no nos compran y los coronamos como lo peor del año 2018. Quizás en la segunda temporada se venguen de nosotros.
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