Los aliados originales de Michael han desaparecido, pero en una sociedad tan corrupta y superficial como la actual, el Diablo tiene amigos por todas partes. De hecho, las personas más poderosas e influyentes del planeta están de su lado o le deben su fama y dinero. Partiendo de esta base, no debe de resultar difícil iniciar el apocalipsis. La demora de su llegada se debe sin duda al desconocimiento de Langdon acerca de la Cooperativa y su obsesión por aniquilar a las brujas. Ésta segunda no ha desaparecido, pero con la compañía adecuada, deshacerse de ellas es un juego de niños.
De hecho, las continuas derrotas del Anticristo a manos de las brujas han dado excesiva seguridad a éstas, lo que las debilita. Han necesitado un nuevo recordatorio para centrarse en su tarea: evitar el fin del mundo. Para ello Cordelia se encuentra en una encrucijada. Debe decidir si muere y lega así todo su poder a Mallory, su sucesora, dejando al aquelarre con una líder fuerte pero novata, o si retrasa su partida y se mantiene a ambas supremas en baja forma. Complicada decisión en una época decisiva.
Una vez marcado sus objetivos con los líderes mundiales gracias a Jeff y Mutt, que han manipulado a Langdon hartos de esperar a que éste encuentre por sí solo su camino, su última piedra en el camino son las brujas. El aquelarre no se ha relajado del todo, pero sus victorias sucesivas le han dado excesiva confianza y ha dejado cabos sueltos. El más peligroso de todos será la nueva Reina Vudú, que será la que facilite el acceso de Michael a la casa de las brujas, que habían protegido su territorio con un hechizo que ni el mismísimo Anticristo podía romper. Sin embargo, Dinah no tiene problema y colabora con el hijo del diablo a cambio de salir en televisión con un programa propio de 13 episodios. Sin comentarios.
El ataque dañará seriamente a las brujas eliminando a la mayoría del Aquelarre. En una situación normal, y sin haber eliminado a la Suprema, ésta habría revivido a las caídas en combate sin ninguna dificultad. Sin embargo, un dato que Madison olvidó mencionar de su viaje a Los Angeles fue la capacidad de Michael de matar no solo el cuerpo, sino también el alma. Ésta dejaría de existir por completo, no estaría ni en el mundo de los vivos ni en el de los muertos. Por lo que el daño de Michael es tan irreparable como el que Cordelia le propinó al matar a Mead. Tampoco contarán con la ayuda de los Hechiceros, que serán el primer objetivo de Michael en eliminar. Unas muertes rápidas y silenciosas. La única esperanza es Mallory, que hará un hechizo complicado para tratar de modificar el pasado. Nunca ha tenido buen resultado y las brujas que lo han intentado en el pasado han fracasado y han muerto en el intento.
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