Como es habitual, segunda semana de emisión y ya podemos levantar el pie del acelerador. Bueno, lo poco que venía pisado del año pasado. Hoy, en "¿Qué podemos hacer para matar el tiempo en lo que en vez de matar tiempo matamos a alguien?" tenemos las crónicas de Alex Karev como jefe y un par de chistazos máximos por aquello de que ahora Jopelines no es Jopelines, es Jo Karev. Total, a ella el tema de los nombres y los apellidos siempre se la ha traído un poco floja. Verdad, ¿Brooke?
Alex amanece como un jefe torpe y excesivamente aleatorio en un hospital con todavía demasiados otros jefes rondando. Quitando a Derek y a Burke, que a saber en qué asuntos andarán ahora, el resto de ex peces gordos del staff siguen sin decapitar. Pero bueno, como Meredith no subirá al trono hasta el final de la serie aka episodio 35x24 Chasing Cars, esto es lo que hay.
Lo de Alex viene a ser una especie de retrato genealógico de la pedagogía hospitalaria entre él, Webber y Roy. Webber como el anciano omnisciente, pero a su vez dibujado como un villano cruel nacido para torturar alcohólicos psicológicamente pasándose el juramento hipocrático por las canas de arriba y de abajo. Y Roy, por fin, siendo defenestrado después de todo el jaleo que montó el año pasado. Ojalá Kepner le rescate allá donde esté. El chaval al menos era graciosete.
Y, para todos los demás, cortar y coser. Poca historia más. Meredith sigue con su casamentera que no caga. No tenemos claro cuál va a ser el recorrido exacto de esta señora en la serie. ¿Qué efecto real puede tener su brujería pasivorra en la vida psicosexual de la dueña del cortijo? De momento, malamente está funcionando, pero hasta el parón de Navidad que seguramente no sea sacrificada a los dioses del fallo hepático durante un quiqui contra el abeto de Meredith orquestado en un trágico a la par que satisfactorio montaje con un precioso villancico acústico intensito de fondo. Así, idea en borrador en línea y media.
Las ausencias marcan el resto del episodio. Aún más. Jackson en busca y captura, Teddy más inestable que la compresa de una coja y el único refuerzo aparente de la temporada es el señor que operó a Amelia y a veces la penetra. ¿Quién iba a pensar que ese grano en el ojal con serios problemas de humildad iba a acabar trascendiendo? ¿No tiene un casa o un hospital o un amigo en otra parte? En serio, si vienes a quitar un tumor, ya lo has quitado, y por eso no nos molestamos en aprendernos tu nombre, ¿por qué no te callas?
Como no tenemos mucho más que comentar, vamos a celebrar que Jopelines Karev se ha puesto por fin el uniforme azuloscurocasinegro y abandona oficialmente su etapa como interna guapa que se aprieta a un jefe de departamento. Ella es ahora jefa del departamento de innovación y estamos a la espera de ver qué cachito de plancton recién salido de la universidad cata las dulces mieles de entre sus piernas próximamente.
Si os apetece amargaros lo que queda de día, os recomendamos ver la promo del episodio de la semana que viene, que dicen que hay crossover con el mojón ese de los bomberos. Bueno, ya no la veáis, que os lo he contado yo. Pero eso, poco han tardado en seguir metiéndonos el invento por cualquier orificio que vean medio abierto como si esto fuera una serie de superhéroes de la CW.
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