El porqué de la realización de remakes televisivos es un tema polémico. En la mayoría de los casos se busca un beneficio económico, llegar a un público mayor y conseguir un éxito allá donde convenga. Por otro lado, en casos como el de Skam España, parece que aparte de esas razones, se busca que los jóvenes españoles cuenten con una serie local con la que sentirse identificados. Sin animadoras, sin jugadores de fútbol y sin bailes de fin de curso, algo suyo, algo propio. Después de ver el primer episodio vemos clara su buena intención, aunque no estamos muy seguros de que eso sea suficiente.
Debido a su gran popularidad, la serie noruega original cuenta ya con seis versiones distintas, y aquello que hizo de Skam todo un éxito en su momento fue su novedad a la hora de contar la historia, usando las redes sociales y publicando pequeños trozos de los capítulos a tiempo real. Eso aportaba realismo y frescura en un género que cojeaba, y se lo agradecemos. Por otro lado, este drama adolescente contaba con unos personajes originales e interesantes con problemas cotidianos con los que el público local e internacional se podía identificar fácilmente. La ficción nórdica fue la voz que los millennials necesitaban, actualizándose y tratando temas importantes que necesitaban ser tratados. Por eso, es comprensible que otros países quisieran tener un pedacito de ella, y España no iba a ser menos.
La versión española de Skam no destaca por su calidad. Parte de un guión perezoso y de unas actuaciones bastante mediocres que cuentan una historia que ya conocemos. Esta sensación de déjà vu quita la emoción de la serie original pero, al mismo tiempo, nos mantiene en esa zona de confort en la que queremos estar cuando vemos un remake. Sin embargo, esta vez se está representando la cultura española, y ahí tenemos una oportunidad un tanto desaprovechada que podría marcar la diferencia. Nos encontramos con clichés varios y con diálogos forzados para caer bien al espectador y para meterse al público teen en el bolsillo, y aunque por ahora parece funcionar, nos gustaría que nos diera algo más.
Está claro que el target de Skam España no siempre busca la calidad en una serie, y eso está bien. No siempre hace falta y hay otros factores que influyen en una ficción televisiva, pero como ya hemos mencionado anteriormente en este blog, hay todavía muchas series de televisión dirigidas a un público adolescente que no se conforman con agradar, sino que son ambiciosas. La versión noruega de Skam es una de ellas, pero la española no parece apuntar demasiado alto, o al menos no lo demuestra en el piloto. El riesgo de que se convierta en el equivalente al intento norteamericano de Skins está ahí, y aquello no salió demasiado bien.
Por otra parte, algo que sí nos gusta de Skam España es que, siguiendo el ejemplo de la serie en la que se inspira, cuenta con un elenco que corresponde, en su mayoría, a la edad que representa. Además, aún podría compensar los fallos que tiene si consiguiera mandar un buen mensaje a su público y representando asuntos de interés social como hizo la versión noruega en su momento.
Quedará por ver si nuestro Skam va más allá de las vagas referencias españolas y los tópicos y consigue dar con su propia identidad. Aunque lo cierto es que, teniendo ya una brillante serie original que capta a todo tipo de público joven, no hay demasiada necesidad.
Quedará por ver si nuestro Skam va más allá de las vagas referencias españolas y los tópicos y consigue dar con su propia identidad. Aunque lo cierto es que, teniendo ya una brillante serie original que capta a todo tipo de público joven, no hay demasiada necesidad.
Skam España se emite cada semana en Movistar Plus.
COMENTARIOS