Maniac, creada por Patrick Somerville y dirigida por Cary Joji Fukunaga, se desarrolla en un presente distópico con estética ochentera y con pequeñas influencias de la cultura japonesa. Maniac nos narra la historia de Annie (Emma Stone) y de Owen (Jonah Hill), que por diversas razones deciden someterse a un ensayo clínico de una farmacéutica.
Annie es adicta a las pastillas del ensayo, que le hacen evadirse de la realidad para adentrarse a los últimos minutos que estuvo con su hermana. Owen padece esquizofrenia y decide participar en el ensayo para conseguir dinero y escaparse de los tejemanejes de una familia que le repudia. Ambos terminan coincidiendo en el mismo grupo de la terapia, que tiene como objetivo encontrar una cura milagrosa para la depresión.
La serie nos habla de la soledad, la depresión, de las enfermedades mentales, de la necesidad de conectar, de las relaciones tóxicas y de la importancia de aceptar nuestra propia realidad. Maniac nos narra todos estos problemas a través de capas sobrepuestas de diferentes realidades que hacen que los personajes viajen por diversas fantasías que siempre están relacionadas con su vida real.
Maniac consigue descolocar al espectador con sus primeros episodios, introduciéndonos en un mundo que no comprendemos, a la vez que te muestra sin tapujos la depresión de Owen y la adicción de Annie. La serie no tiene prisa en mostrarnos la historia que nos vendió en el tráiler, sino que primero nos muestra con calma las diferentes realidades de los protagonistas y nos hace comprender las diferentes motivaciones de cada uno para inscribirse en el ensayo clínico. Todo esto unido con un tono que mezcla el drama emocional de los personajes con la comedia y situaciones surrealistas crea un universo único y personal que hace que cada detalle no pase desapercibido.
En cuanto a las actuaciones, la mejor de la serie sin ninguna duda es Emma Stone. Potente, conmovedora y el motor para que Maniac funcione tan bien. La forma de mantener los primeros planos, de pasar de la comedia al drama en un segundo y la historia personal de su personaje hacen que te olvides del resto de actuaciones.
Además, Jonah Hill también destaca de una forma sorprendente ya que nadie se esperaba que el eterno actor secundario de películas cómicas supiera manejar el drama de una forma tan eficaz. También destacar el tándem formado por Justin Theroux y Sonoya Mizuno que son nuestro vínculo de unión con la realidad y que con la aparición de Sally Field se convierten en un trío impredecible. Por último, destacar que sin las apariciones de Jemima Kirke, Julia Garner o Billy Magnusen las tramas principales no hubieran brillado de la forma que lo han hecho.
Maniac ha sido la gran apuesta de Netflix para comenzar la temporada de otoño que ha sido todo un acierto y que no ha dejado indiferente a nadie. La serie mezcla a la perfección la realidad con el surrealismo para dar visibilidad a la depresión, la soledad y la aceptación de nuestra propia realidad. Maniac te absorbe desde el principio debido a su personal universo donde Fukunaga mezcla de forma excepcional el drama más personal con la comedia más absurda.
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