La segunda mitad de la séptima temporada de Suits ha estado marcada por las despedidas de Rachel Zane (Meghan Markle) y de Mike Ross (Patrick J. Adams). Por todos son conocidos los motivos de estas salidas. Por un lado, Patrick considera que la historia de su personaje ya no tenía más recorrido porque había logrado todo lo que quería en la vida. Y, por otro lado, Meghan está a punto de convertirse en princesa al casarse con el príncipe Harry de Inglaterra y debe dedicarse a la vida "Real". La serie ha sido renovada por una octava temporada, pero ¿logrará sobrevivir sin ellos?
El storyline que protagonizan ambos como pareja sentimental ha dado un paso a mayores. Aunque la boda ha estado suspendida buena parte de la temporada, les han entrado las prisas en los compases finales y se han dado el sí quiero en una ceremonia exprés que sirve de despedida. Ambos, como son jóvenes y alocados, se permiten el lujo de marcharse de Nueva York. ¿El destino? Seattle. Porque no había ciudad en el país más lejos y porque han encontrado el trabajo perfecto: un bufete que les permite aceptar los casos sociales a los que Mike siempre acaba volviendo, pero con el presupuesto de una gran compañía. El paraíso del mundo legal. La salida es muy efectista y ambos se marchan juntos como si el desarrollo de Mike dependiese 100% del de su mujer. Tienen suerte de que esto no sea Shondaland y no se haga uso de la guadaña.
Los últimos pasos en el mundo de la interpretación de Meghan Markle no han estado acompañados por la audiencia. La serie ha marcando mínimos históricos semanas tras semana, demostrando que ni siquiera el morbo por la boda real le ha dado un push a la ficción. Quizá ese empuje se vea mejor en el público internacional, porque a los americanos la boda real inglesa les importará bien poco. Imaginamos.
Los demás personajes siguen en el mismo punto en el que estaban cuando se marcharon en verano. Llevamos llorando la marcha de Jessica mil años. Y la pesada no termina de irse. Además, parece que se está cocinando un posible spin-off liderado por la reina Pearson. Su persistencia ha estacando a Harvey y a Louis que, profesionalmente, están en un punto sin retorno. Están en su mejor momento, en la cima de una firma a la que siempre han querido como suya, pero la crisis que afrontan no les deja dormir tranquilos desde hace muchos días. Donna sigue tan maravillosa y perfecta como siempre y ha logrado establecerse como una CEO resolutiva. Lástima que su quiero y no puedo con Harvey nos haga añorar lo mismo una y otra vez.
Katherine Heigl llega a Suits
Cerramos con el gran fichaje de la octava temporada. Katherine Heigl, nuestra estupenda Izzie Stevens, ha sido contratada como personaje regular en la próxima entrega. Y, al parecer, veremos su nombre en la pared. Se ve que ha querido reutilizar la jerga legal que aprendió para su fracaso en Doubt. Y volverá a coincidir en pantalla con Dulé Hill, que intentó ser un abogado junto a la rubia y se esconde entre los muros de Specter Litt desde hace unos cuantos episodios. ¿Se romperá el gafe de Heigl o vendrá a echarle el cierre a la grandiosa Suits?
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