Diez años después del final de The Wire, la serie de David Simon sigue siendo clasificada en todos los rankings como la mejor serie de la historia de la televisión. No es que seamos de los que creen en “el mejor” y “el peor”. De hecho, comparar el arte es una tarea tan absurda como comparar a las personas, pero hay reconocer que si hay una serie que ha marcado un antes y un después en la ficción, de una manera indudable, esa es The Wire.
Es difícil escribir algo sobre esta ficción que no se haya escrito ya. También es complicado encontrar una serie que no haya intentado imitarla ya. Si preguntas por referentes a la mayoría de los guionistas y showrunners españoles, todos te citarán al unísono esta obra. Estos son dos síntomas claros de que, en efecto, es una de "las mejores series de la historia", o la que más sensación ha generado en la última década.
Como decíamos, muchas series han sido creadas bajo la inevitable influencia de The Wire y otras han intentado, más bien, imitarla esperando el éxito y el reconocimiento de ésta. Uno de los últimos ejemplos es la serie de los hermanos Cabezudo, La zona, la primera gran apuesta de Movistar+ por la ficción de este año; es un claro ejemplo de que la influencia de la obra de Simon está todavía muy presente en la ficción actual. De hecho, el protagonista es una versión a la española de McNulty.
Sin embargo, es muy complicado conseguir hacer un The Wire en la actualidad ya que esta obra nació bajo una serie de características muy especiales. Entre ellas, la total libertad creativa de los autores y una vocación completa de contar una realidad, y no simplemente vender una serie. Conscientes de ello y con motivo del aniversario de su final, proponemos un listado de cualidades por las que The Wire se convirtió en un modelo a seguir, aunque, a día de hoy, no se haya conseguido crear una ficción igual.
Realismo
Uno de los motivos por los que The Wire no fue comprada de primeras por ninguna cadena norteamericana fue por su realismo. La serie posee una una clara intención de documentar la realidad hasta el extremo, de someterla "bajo escucha". Sin embargo, ésta, a veces, no es muy agradable. Cuando David Simon presentó esta serie a las cadenas, muchas la tacharon de sombría y pesimista, cualidades que no son precisamente muy comerciales para una serie de televisión. Es por ello que, en una industria en la que aún se cuenta más el número de espectadores que la calidad, es difícil que una serie así sea producida y mucho menos vendida.
Vocación social
The Wire tiene un objetivo patente desde el principio y es hablar de una comunidad en concreto, que bien podría ser la representación de cualquier comunidad occidental. En la serie, cada temporada está dedicada a mostrar la realidad de los pilares más importantes de la sociedad. El crimen organizado y el sistema policial, el contrabando y los sindicatos, la política, la educación y los medios de comunicación son los temas en los que se centra la serie, más que con el ánimo de entretener, con la intención de criticar y provocar una reacción en la audiencia. A veces, es difícil ser objetivo con tu alrededor cuando no tienes un punto de vista panorámico, pero The Wire abarca muchos temas de forma global y por eso es tan compleja.
“Fuck the average reader”
Durante muchos años, Simon trabajó para un periódico local, The Baltimore Sun, hasta que éste cambió de dueño y exigió un contenido más blanco y adecuado al lector medio, motivo por el cual, entre otros, el autor dejó el periodismo. Cuando Simon se puso a escribir The Wire lo tenía muy claro: no quería hacer una serie para complacer a la burguesía, quería hacer un producto muy específico y si eso significaba conseguir menos audiencia, pues que así fuese.
Este es otro elemento que aún cuesta ver en la ficción actual, donde prima, sobre todo, una evidente intención comercial por encima de la artística. Y ya no solo en los países con una industria no tan avanzada como es el caso de España, sino en todo el mundo. Las series para todo el público dan más dinero, lógicamente, pero eso supone, en la mayoría de los casos, una gran pérdida de la calidad.
Reparto poco conocido
Un gran trabajo de investigación
The Wire parte de una exhaustivo trabajo de investigación que David Simon desarrolló durante su labor como periodista y que, posteriormente, recogió en su libro Homicide: A Year on the Killing Streets, experiencia durante la cual conoció a Ed Burns, un antiguo detective que trabajó en homicidios durante veinte años en Baltimore. Con él también escribió otro libro, del que saldría la serie The Corner, basada en el año que estuvieron documentándose sobre el mundo del tráfico de drogas y los barrios pobres de la ciudad de Maryland.
Además, algunos de los guionistas que participaron en la serie habían crecido allí y habían trabajado como policías o periodistas políticos como Joy Lusco o Rafael Alvarez. Las investigaciones, junto a la selección de guionistas criados en Baltimore, también ayudaron a reforzar ese realismo transcendental de la serie.
COMENTARIOS