La tercera temporada de The Path se eleva por lo alto y deja a sus anteriores entregas muy atrás. Un salto en el tiempo y la rápida resolución de los conflictos dramáticos de su segunda temporada le han otorgado a la serie un aire novedoso que era necesario.
Hoy, Eddie es el líder del culto y no es un hombre que pretenda ser perfecto como lo fue Cal. Sus errores tienen consecuencias, su actitud más resuelta y crítica respecto al Mayerismo hacen de la serie algo mucho más cercano a la verdad. The Path hoy se basa en nuevas dinámicas y deja todo el asunto del “ocultismo” en el pasado. El movimiento Mayerista sale de su zona de confort y luego de algunos hechos sucedidos en el primer episodio de esta tercera temporada (no quiero entrar en spoilers explícitos), el Movimiento se hace popular y recibe no solo más adeptos, sino también más fondos económicos. El Mayerismo tiene mayor visibilidad y Eddie ha de enfrentarse a nuevos desafíos.
Los problemas de Cal, ese personaje siempre en conflicto, no dejan de estar presentes en esta entrega. Su participación como segundo en la línea de los líderes del Movimiento es clara pero, al no estar en primera fila, se hace menos agotador que en otras temporadas. Sus conflictos personales continúan y ahora se adhiere una nueva capa que sorprenderá a muchos y que puede poner en un aprieto a todo el Mayerismo.
En esta temporada hay un cambio de papeles, Sarah es quien está a cargo de poner las bases de su religión en tela de juicio y es que, como vemos en el primer episodio de esta entrega, las cosas no han sido fáciles para ella. La búsqueda de una salida a sus dudas la llevará por un camino desconocido donde las revelaciones están a la vuelta de la esquina. Hawk Lane es un personaje que vuelve renovado a la pantalla. El chico ya ha crecido, es menos odioso y se enfrenta a situaciones personales que nada tienen que ver con el Mayerismo. En el presente, es sólo es un muchacho que está creciendo y que ha aceptado sus creencias, pero que desea explorar su mundo interior al igual que lo haría cualquier joven de su edad.
The Path ha evolucionado. Ya no tienen el mismo interés por contarnos sobre los trapos sucios del Mayerismo. Cada vez parece menos un disco rayado y una crítica a la Cienciología, para tomar alas propias y dedicarse a explorar el mundo interno de sus personajes, dejando de lado todo el bla bla bla religioso. Podría decirse que es una serie mucho más real que antes. Es una pena que la serie haya ahuyentado a tantos seguidores en sus primeras sórdidas entregas, porque hoy es un producto renovado que ha sido capaz de visualizar sus errores y aprender de ellos. Actualmente vale la pena, mucho más que antes, verla.
Afortunadamente, el “previously on” de la tercera temporada es bastante bueno y podría ayudar a quienes deseen retomar la serie sin tener que ver su segunda entrega sin producir ningún conflicto en el visionado. Así que os invitamos a daros una vuelta por los primeros dos episodios de la tercera temporada y darle una oportunidad más.
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